El límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en el 90% de las calles de Palma entró en vigor ayer aunque por el momento la Policía Local no multará a quienes lo infrinjan, confirmó el departamento de Movilidad del Ayuntamiento.

Pese a la entrada en vigor de los nuevos límites de velocidad, la señalización de cada calle donde se reduce la velocidad máxima se está todavía instalando y no estará finalizada hasta dentro de dos meses, por lo que por ahora no habrá multas, confirmó ayer el Ayuntamiento. Sobre este asunto, un portavoz de la Policía Local remarcó que esta reducción de velocidad en la mayoría de calles no tenía un afán recaudatorio.

Respecto a cómo se vigilará que los conductores respeten los nuevos límites de velocidad , tanto el área de Movilidad como la Policía Local recordaron ayer que está previsto instalar tres nuevos radares de control de velocidad, que se sumarán a los seis ya en funcionamiento. Además, el Ayuntamiento ha iniciado una campaña informativa sobre estas novedades.

Con el cambio de la normativa de circulación, además de las calles donde no se podrá pasar de 30 kilómetros por hora, las velocidades máximas se rebajan de 50 a 40 kilómetros por hora y de 70 a 50 en un total de 38 kilómetros de red vial en Palma, para lo que será necesario cambiar centenares de señales de tráfico, tarea que se llevará a cabo a lo largo de dos meses.

Desde hace unos días, ante el Palacio de Congresos ya hay un panel que informa de que Palma es una ciudad 30, aviso que el PP ha calificado de «temeridad» por considerar que puede provocar confusión en una vía en la que se puede circular a 50 kilómetros por hora. Los operarios de la Brigada Municipal de Movilidad y de la empresa Viabal llevan días cambiando señales para adecuarlas a los nuevos límites permitidos. Ayer instalaron nueva señalización en la avenida Mèxic con calle Brotad y en Manuel Azaña con Pérez Galdós.

En total, se colocarán 33 paneles informativos en los principales accesos a la ciudad, como el comentado frente al Palacio de Congresos, y 900 señales de tráfico en las 190 vías en las que se mantiene la velocidad a 40 o 50 kilómetros por hora. Es el caso de las calles que soportan más tráfico, como las avenidas.

«Con esta medida se reduce el ruido del tráfico y la contaminación, también reducen los accidentes con fallecidos y heridos graves, será más agradable pasear por la calle sobre todo para niños y sus padres y para personas mayores, y se podrá compartir el asfalto con otros vehículos más sostenibles como la bicicleta y el patinete», manifestó ayer José Hila, alcalde de Palma, a través de sus redes sociales.