Cuando Rosa Bueno falleció en 2009, la Federación de Vecinos se quedó huérfana. Ya hacía dos años que la histórica presidenta se había apartado de la primera línea debido al cáncer que padecía, pero desde los inicios de la entidad fue el referente del movimiento vecinal en Ciutat. Residente en el Rafal Vell, en 1973 impulsó la primera junta de barrio de Palma, a las que se sumaron en 1975 las de Son Roca, Son Cladera, Verge de Lluc y el Puig de Sant Pere. Crearon una coordinadora vecinal, presidida por Rosa Bueno y que fue el germen de la Federación.

Tras su primera etapa, cogieron el relevo Juan Murcia, Francisco Mengod, Joan Font, Josep Lliteres y Xisco Bonnín, pero Bueno siempre estuvo presente y volvió a liderarla desde 1998 hasta 2007. Le siguieron Jordi Sastre, Jesús González y Joan Forteza, el presidente desde 2013 y que el próximo año deja el cargo tras dos mandatos en los que ha conseguido recuperar el histórico activismo de la Federación de Vecinos. La pionera iniciativa popular que impulsó con la recogida de más de 6.000 firmas ciudadanas logró que el Ayuntamiento prohibiese el alquiler turístico en pisos.