La declaración en 2007 por parte del Consell de Mallorca de la Festa de l'Estendard como Bien de Interés Cultural (BIC) inmaterial deja pocos resquicios a la improvisación. Poco después de las diez de la mañana la Corporación municipal en pleno (en esta ocasión solo faltaron tres concejales de los 29 que componen el Consistorio) sacó a hombros el pendón de Jaume I y lo colocó en la plaza de Cort, mientras una compañía de la Policía Local le rendía honores y la Banda Municipal tocaba el himno de Mallorca, La Balanguera.

Paralelamente, un bedel, acompañado en esta ocasión por dos policías y por la veterana agente Isidra Escrivano con traje de gala, 40 años de servicio y a punto de jubilarse, sacaron el casco que se atribuye al rey Martí y lo colocaron también en la plaza de Cort. Acto seguido arrancó la comitiva hacia la Seu para asistir al oficio solemne, que fue presidido por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.

La unidad de policía a caballo con su uniforme de gran gala, seguida de los Cossiers y Cavallets de la Escola de Danses de Mallorca, varias parejas de xeremiers y los Cavallers de Sant Jordi y los Tamborers de la Sala componían la comitiva. A la altura del Consell y desde que esta institución ha declarado como Diada de Mallorca el 31 de diciembre, se unieron a la comitiva alcaldes de distintos pueblos de la isla, al igual que los consellers de los grupos PSIB-PSOE, Unidas Podemos y Més. El PP, Vox y Ciudadanos no participaron en el desfile reclamando el mantenimiento de la Diada de Mallorca para el 12 de septiembre. Los consellers conservadores, no obstante, sí asistieron al oficio religioso con sus insignias oficiales.

Cuando la Corporación municipal pasaba por delante del Consell se produjo el único incidente del día. Una persona gritó: "Fulgencio, golpista", en referencia al general retirado Fulgencio Coll, ahora portavoz del grupo municipal de Vox en Cort. No obtuvo respuesta ni reacción alguna.

Tras el oficio religioso la comitiva volvió a la plaza de Cort en la que Miquela Lladó, junto con integrantes de la Escola de Dances de Mallorca, representó La Colcada, un poema de Pere d'Alcàntara Penya que rememora cómo era la fiesta a finales del siglo XIX.

Ya en el salón de plenos de Cort se procedió a la concesión de las medallas de oro de la ciudad al equipo de fútbol femenino de la Unión Deportiva Collerense, la Fundació Banc d'Aliments de Mallorca, el taller de Restauración del Bisbat de Mallorca y a la Escola de Música i Dansa de Mallorca.