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Entrevista

María García González: "Los cruceros son una industria prescindible que solo beneficia a los 'lobbies'"

La activista de Ecologistas en Acción participó el pasado viernes en la jornada sobre turismo de cruceros

María García está en Ecologistas en acción en el área de contaminación. manu mielniezuk

En la segunda ciudad de Europa más contaminada por los cruceros, Palma, se han alzado las voces de alarma a través de una plataforma entre las que se encuentra Ecologistas en Acción. La respuesta al manifiesto que pide limitar la presencia de megacruceros a uno al día y de 4.000 pasajeros, firmado ya por más de 11.000 personas, encuentra una voz que aún pide más: María García González, integrante del área de contaminación de Ecologistas en Acción. La ingeniera de montes, nacida en Madrid en 1967, alerta: "Los cruceros son nocivos para la salud pública y solo benefician a los grupos de presión. Palma no los necesita". Ella participó este pasado viernes en la jornada sobre Turismo de megacruceros: ¿Limitar o morir de éxito?

P Usted procede del ámbito de la Cooperación en Latinoamérica. ¿Cómo se ha producido su salto a la lucha por el medio ambiente?

R Me hice ecologista trabajando en comunidades indígenas. Es en la explotación de los recursos naturales donde se gestan la crisis humanitarias. El enfoque de Ecologistas en Acción es social y une varias vertientes. El problema de la crisis ecológica es un problema social y de salud pública. Todas las crisis tienen que ver con este modelo que cree en el crecimiento ilimitado.

P ¿A qué nivel contaminan los cruceros? Sus defensores dicen que los informes no son científicos.

R La federación Transport & Environment publicó en junio un estudio riguroso sobre la incidencia de los cruceros en la contaminación en Europa y evidenció que España es el país que más contamina, con los puertos de Barcelona y Palma a la cabeza, respectivamente. El estudio revela que las emisiones de óxidos de nitrógeno que generan los cruceros en Europa tienen un impacto muy alto en las ciudades, equivalen al 15 por ciento de óxido de nitrógeno que emiten los vehículos en un año en Europa. El grupo de presión de los cruceros no dio ninguna argumentación para rebatir el informe. Son cuatro grandes grupos globales registrados en paraísos fiscales, con banderas de conveniencia y que utilizan un combustible prohibido en tierra.

P Aseguran que deja beneficios económicos.

R ¡No es cierto! Las grandes compañías navieras, junto con su operador turístico que es intercruiser, ya se encargan de propiciar que los cruceristas gasten en el barco, y en las cuatro horas, los que desembarcan, solo compran un refresco y poco más. Es un turismo de selfie, de pocos recursos y lo que gastan es en los cruceros. Las grandes compañías de este tipo de turismo, son auténticos grupos de presión, que se basan en un modelo que contamina, genera masificación turística y es nocivo para la salud pública. El dinero no puede pasar por encima de la salud de la población. En estos momentos, tanto Santorini como Dubrovnik han planteado reducir un millón de cruceristas. El coste para las ciudades, Palma es un ejemplo, es muy alto: expulsa la economía local por el comercio de grandes capitales, vacía las ciudades de vecinos. Van de la mano de las plataformas de turismo vacacional.

P ¿Cómplices?

R A Airbnb ya les va bien la expulsión de los vecinos tanto por la subida de alquileres como por la pérdida de calidad de vida ante la saturación turística en sus barrios que se han convertido en parques temáticos. Los cruceros son grandes industrias; si estuvieran ubicadas en medio de las ciudades, estarían prohibidos.

P ¿Limitar, eliminar, cambiar de modelo? ¿Qué alternativa propone?

R Lo que se plantea es cambiar el modelo de turismo desarrollado en base a tres factores: la ampliación de infraestructuras apoyadas por constructoras y bancos con el beneplácito político, hablo de las terminales de cruceros -Palma inauguró una el año pasado-; el turismo de low cost falto de regulación y que al no cumlir requisitos domina la ley de la selva que se da en la mar con cruceros que usan combustibles prohibidos, y, en tercer lugar, por esta publicidad política que la gente cree. En Palma es acelerado y se podría prescindir. Si se hiciese una regulación como en el norte de Europa, se reduciría la mitad de la contaminación.

P ¿No parece que España, recientemente penalizada por Bruselas por una calidad del aire altamente contaminada, se vaya a apuntar a la zona ECA, área de control de emisiones en el mar?

R El castigo de Bruselas es lógico. Estamos hablando, tanto en contaminación por los cruceros, por el transporte aéreo, por los vehículos, de un problema de salud pública. La emergencia climática va a dar, y aquí en Llevant ya lo sufristéis con trece personas fallecidas, fenómenos cada vez más extremos. España incumple la normayiva europea desde 2010 en materia de dióxido de nitrógeno. Creemos que la decisión es una consecuencia lógica ante la insuficiencia o la ineficacia de las medidas adoptadas en Madrid y Barcelona, las zonas más afectadas.

P Volvamos a la tierra. ¿Qué opina del coche eléctrico?

R Se está utilizando la crisis medioambiental para hacer negocio, y un ejemplo es el coche eléctrico. Es una línea de negocio que distrae a la sociedad. Los científicos ya han alertado de las trampas. En situaciones de emergencia, no te pones a decorar la casa sino a prescindir de lo superfluo. Se trata de cambiar comportamientos y eso reclama cambios políticos.

P ¿Lo ocurrido en Madrid Central no da esperanzas?

R Los que propiciaron el cambio político se han alimentado de la confusión de los grandes poderes. Hay que cambiar el modelo, transporte público, compartir coche, usar bicicletas. Los jóvenes son los perjudicados, ya no votan, no creen, sienten que no cuentan con ellos. Si los políticos no cambian, que se preparen, porque la desobediencia civil va a aumentar.

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