Los aplausos de más de medio centenar de personas al enterarse ayer de que "Rubí no se va", como coreaban con su apodo, hicieron saltar las lágrimas a Débora Calvo, cuyo desahucio de una vivienda en Son Gotleu fue paralizado por Stop Desnonaments. Contaban con una resolución de la ONU que "solicita al Estado español tomar medidas, incluyendo suspender el desahucio, para evitar daños irreparables mientras el caso de Débora está siendo examinado", según explicó el portavoz de la plataforma, Joan Segura.

La entidad ciudadana presentó en nombre de la perjudicada una denuncia ante la Oficina del Alto Comisionado de la ONU "para que investigue su caso" y con ella consiguieron que el comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales pidiese la paralización cautelar. "Lo hemos logrado en tres ocasiones los días anteriores, pero es el primer dictamen que llega cuando ya se había realizado el lanzamiento judicial y por eso estamos en la puerta", en palabras de Segura, quien agradeció a los congregados la movilización para apoyar a Débora.

Fueron convocados ayer a las 10 horas en la calle Pic Mulhacén número 6, la finca donde reside con su familia, y unos 40 minutos después, el representante de Stop Desnonaments informó con un altavoz de que acababa de llegar la confirmación de que la comisión judicial no acudiría a ejecutar el desahucio. La coordinadora de la Oficina Antidesnonaments del Ayuntamiento, Marga Cladera, allí presente, "realizó una gestión con el servicio de notificaciones y embargos del juzgado, que indicó que el banco Santander al final lo ha parado, por lo que el juzgado lo ha aceptado".

Stop Desnonaments ha paralizado el desahucio de Débora y su familia

Stop Desnonaments ha paralizado el desahucio de Débora y su familia

Dicha oficina municipal había solicitado el aplazamiento de un lanzamiento anterior contra esta misma familia de Son Gotleu y, para el segundo desahucio, se presentó un informe referente a la situación social de vulnerabilidad de Débora Calvo y sus allegados, tal como señaló Cladera.

Se mantienen con los ingresos de la renta social, de ahí que no puedan "acceder a una vivienda en el mercado y difícilmente a una habitación en la que hacinarse", según Stop Desnonaments. La madre de familia, originaria del barrio de sa Gerreria, "fue víctima de las expropiaciones" previas a la reconstrucción de la zona, por lo que "se quedaron sin vivienda en titularidad", relataron. Ayer estuvo apoyada por numerosos vecinos de Son Gotleu y otros ocupantes afectados por desahucios de los bancos o fondos buitre, entre ellos Tatiana y Matías, "amenazados por una financiera"; Mohamed, que "ocupa otro piso del mismo banco"; Abdelhamid y Sandra, con desahucios "paralizados in extremis"; Toñi, que "ha logrado una suspensión de seis meses, pero vive en la incertidumbre"; y Linda, "con fecha de lanzamiento judicial en breve", como enumeró Joan Segura.

Todos ellos y más congregados frente al edificio en el que reside Débora corearon "Rubí no se va", "No toleraremos ni un desahucio más", "Expropiación a la banca" y otras frases tras conocer la paralización del lanzamiento.