La Policía Nacional ha detenido este viernes al okupa que el jueves agredió a un empleado de una empresa eléctrica cuando iba a proceder al corte de luz tras las denuncias de los vecinos residentes en Los Olivos, un complejo residencial con 158 viviendas en Son Oliva, por robo del fluido eléctrico.

El detenido, un hombre de 27 años y con antecedentes policiales, ha sido arrestado por delitos de coacciones y lesiones. El pasado Lunes de Pascua entró en la planta baja de un piso propiedad de Bankia que okupó junto a su mujer y dos hijos pequeños. Su conducta ha tenido en vilo a los residentes ante las amenazas e insultos. Además, el agresor ha 'pinchado' la electricidad en dos ocasiones más, según relataron los vecinos.

El empleado de una empresa eléctrica subcontrada por Endesa acudió ayer a primera hora de la mañana a cortar la luz tras un nuevo aviso de fraude eléctrico. Los robos del fluido eléctrico revisten una gran peligrosidad porque podrían derivar en un incendio. El empleado además de ser agredido fue encerrado en el cuarto de los contadores y recibió las amenzas del okupa de que volviera a conectar la electricidad. Al negarse recibió un fuerte golpe en el costado en tres ocasiones, en una de ellas, el revisor inentó llamar a urgencias pero el agresor le agarró el teléfono, le impidió la salida y le obligó a restablecer mel servicio.

Hubo un forcejeo que fue aprovechado por el revisor, huyó y pidió auxilio a los vecinos. En ese momento, el okupa lanzó al suelo el teléfono del agresor, rompiéndole la pantalla.

El trabajador tuvo que ser asistido en el hospital de urgencias por contusiones y un elevado estado de nervisosimo. Puso una denuncia. El detenido pasará a disposición del juzgado de instrucción de guardia en las próximas horas.

No se ha confirmado, pero entre los vecinos existe la sospecha de que el okupa detenido forme parte de las mafias que han ocupado ilegalmente otras viviendas como las de los pisos piloto de Son Güellspisos piloto de Son Güells, donde los okupas volvieron a introducirse la semana pasada tras romper los precintos y cadenas que colocó el Ayuntamiento.

Asimismo, siempre según relato de los residentes, en la casa ocupada pernoctaba un mendigo no el agresor y su pareja.