El Ayuntamiento pretende derribar este año hasta 30 viviendas de Son Banya, de las inicialmente previstas en el plan de erradicación del poblado. Para ello, Joan Antoni Salas, director general de Bienestar, confirmó ayer que se solicitará a los juzgados las respectivas órdenes de desalojo. Así, en 2020 se afrontaría el derribo de las 45 chabolas restantes.

Cumplir con estas previsiones dependerá de si las familias del poblado consiguen viviendas alternativas. Hasta ahora, la falta de pisos para realojar a las familias desahuciadas ha sido el mayor problema.