Cada vez que cruzo 'es pont d'es Tren' (al margen de la pena que me da que derribaran el puente original de Gaspar Bennàzar), pienso en las antiguas películas de espías de la guerra fría y el telón de acero. Siempre he pensado que sería un buen lugar para un intercambio de prisioneros una reunión discreta entre dos espías de la Unión Soviética.