Una hilera de jardineras y varias señales verticales en el entorno del edificio de la Llotja impiden desde ayer el estacionamiento de vehículos en la calle y la plaza del monumento protegido. Pese a que entró en vigor la prohibición y la señalización provisional del día anterior ya indicaba que no se podría aparcar, por la mañana aún había automóviles en la parte empedrada de la plaza. El motivo de la supresión de aparcamientos es preservar al máximo la Llotja, porque es uno de los principales ejemplos del gótico civil y Bien de Interés Cultural (BIC).

La medida incluida en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) supone la eliminación de hasta 17 plazas de aparcamiento para residentes, ya que se trata de un Acire (Área de Circulación Restringida). No obstante, como alternativa, la Societat Municipal d'Aparcaments de Palma (SMAP) ofreció a los vecinos afectados 20 abonos de 24 horas en el parking subterráneo de Antoni Maura.