El departamento de Recursos Hídricos dependiente de la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear está revisando el proyecto de "renaturalización" del último tramo del torrente del Jueus, que separa las zonas urbanas de s'Arenal de Palma y Llucmajor.

Este departamento debe pronunciarse sobre si acepta la siembra de vegetación en el interior del cauce del torrente, una cuestión que puede ser controvertida ya que su presencia puede obstaculizar y frenar el agua que circula por su interior.

No obstante, la siembra de especies en las perforaciones que se prevé practicar en la solera de hormigón que conforma el actual lecho del cauce, aumenta la permeabilidad del terreno, hecho que puede contrarrestar los posibles efectos negativos.

Según el concejal de Atención al Ciudadano de s'Arenal, Miquel Serra, que es el encargado de la tramitación de este proyecto que afecta a los términos municipales de Palma y Llucmajor, los técnicos de Recursos Hídricos ya disponen de toda la documentación para realizar su dictamen.

En principio, por las conversaciones mantenidas con los responsables de este departamento, según este concejal, "no habrá especiales problemas para que den su aprobación".

En caso contrario, no obstante, Serra indicó que se puede ejecutar el resto del proyecto, ya que no afecta para nada al interior del cauce, sino que se trata de actuaciones de mejora urbana de las calles adyacentes, la sustitución del sistema de iluminación pública, la siembra de más arbolado y la eliminación de la balaustrada actual para sustituirla por una barandilla prefabricada de tubo de acero galvanizado.

El proyecto, presupuestado en dos millones de euros procedentes de la ecotasa del año pasado, afecta a los 400 metros lineales del último tramo del torrente dels Jueus, incluyendo el antiguo puente del tren.

Se pretende conseguir una mayor "conectividad ecológica" aumentando la infiltración en el terreno y la plantación de una gran variedad de vegetación, en concreto 58 especies diferentes.

Dunas artificiales

En la playa, coincidiendo con la desembocadura del torrente, se construirán dunas artificiales y se plantarán 20 especies vegetales. Para la conformación de las dunas se utilizarán técnicas propias de restauración de sistemas dunares, tal como se contempla en el proyecto redactado por el arquitecto Gabriel Noguera Tugores. En el cauce se prevé perforar un tercio de la solera de hormigón y plantar especies propias de torrente dispuestas en tres alturas diferentes: tapizantes, bajas (juncos) y altas (cañas).

También se implantará un sistema de riego por escorrentía continuo con agua regenerada procedente de la depuradora de Sant Jordi. El agua sobrante se recogerá en un aljibe antes de que llegue a la playa.