Las lluvias de los últimos días han dejado los embalses de Cúber y Gorg Blau al 50,4% de su capacidad, a pesar de que desde finales de marzo y durante todo el verano han estado sometidos a una máxima extracción, indicó ayer Emaya.

Otra consecuencia de la pluviometría de este año es que desde el pasado marzo, Emaya no compra agua desalada y de momento no es necesaria más, aunque la situación puede cambiar, advierten desde la empresa municipal.

En comparación con las mismas fechas del año anterior, llenos en un 42% de su capacidad, los embalses están en mejor situación tras este verano.

Este año, Emaya compró agua desalada en enero, febrero y una pequeña cantidad en marzo, ya que el otoño previo y el invierno había sido muy poco lluviosos. Las lluvias de principios de primavera llenó los embalses y se paralizó la compra.