Las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí ondearon ayer su quinta bandera roja en menos de un mes. La intensa lluvia que cayó la noche anterior provocó otro vertido al mar de aguas fecales y pluviales procedente del torrente Gros y la estación impulsora del Baluard del Príncep, por lo que ambos arenales urbanos tuvieron que ser clausurados al baño "por precaución hasta tener los resultados de las analíticas de las muestras de agua".

Tras los vertidos de los días 8, 12, 14 y 16 de agosto, y el de ayer, 4 de septiembre, el grupo en la oposición de Ciudadanos criticó la situación, destacó que no se puede "esperar hasta 2020 para solucionar el problema", como prevé Cort, y acusó al PP de estar ahora "muy interesado en el tema", pese a que "no hizo nada durante la pasada legislatura".