No se hizo esperar la réplica de Neus Truyol, máxima responsable del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, a las críticas de Margalida Durán cuando dos días atrás indicó que "nunca con el Partido Popular tuvimos que cerrar playas".

"El PP no colocaba banderas prohibiendo el baño cuando hubo vertidos de aguas residuales. Eso sí es turismofobia", expresó Truyol. Atestiguó su afirmación con datos: En 2012 se colocó una bandera roja y hubo trece episodios de vertidos. En 2013, 0 banderas y siete días de vertidos: en 2014, colocaron 4 banderas rojas cuando se dieron 11 días de vertidos. "El anterior gobierno del PP no puso atención a un problema que conocían de sobra. El cinismo del Partido Popular no tiene medida", opinó Neus Truyol.

Con todo, y más allá del turno de réplica a la oposición, lo cierto es que las playas de Palma van a continuar cerrándose cada vez que se produzcan vertidos tras las lluvias porque las soluciones propuestas no son inmediatas.

Palma va a tener que esperar a 2020 para que el nuevo colector y depósito que recogerán las aguas fecales, reduciendo los vertidos de agua sucia al mar en un 30 por ciento cuando haya episodios de lluvias torrenciales. Así lo recordó ayer Neus Truyol.

"El canon de saneamiento revertirá en la mejora de las infraestructuras tal y como acordamos el año pasado con el Govern. Se trata de una inversión de 35 millones de euros. Desde 2010 no había habido inversión alguna. Se destinarán 26 millones al depósito y colector, esta tubería que irá de las avenidas al coll d'en Rabassa y que recogerá las aguas fecales para llevarlas al depósito de 25.000 metros cúbicos. Las obras empezarán a finales de este año y acabarán en 2020", recordó Truyol.

Para la solución más drástica, la construcción de la nueva depuradora del Coll d'en Rabassa -la actual es vieja, tiene 40 años y está obsoleta", reconoció la presidenta de Emaya-, habrá que esperar más. Se trata de una inversión estatal de unos 80-100 millones de euros. Desde la empresa pública, se habla de "cuatro años".

Sin solución a corto y medio plazo, la preocupación es notoria entre vecinos y usuarios de las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí, cerradas al baño en tres ocasiones a lo largo de diez días, la última el pasado lunes.

La regidora de Medio Ambiente reiteró ayer que frente al problema "grave" de los vertidos de aguas residuales al mar cuando se producen tormentas "hemos actuado con transparencia y prudencia" al cerrar las playas hasta tener resultados. "Este protocolo no se hacía con el anterior gobierno municipal".

La Administración actual lleva "a cabo ocho análisis al año, desde la conselleria de Salud; en Cort, cada quince días, y Emaya hace otros tantos. "Las playas de Palma tienen el máximo control de calidad del agua. La salud es lo primero", enfatizó Neus Truyol.

Sí que ha habido una modificación en la colocación de banderas rojas que hasta esta semana era desde las 10 a las 19 horas. Ante los cambios de uso de los usuarios, más tiempo en las playas, los carteles de cierre se ponen desde las 19 hasta las 10 de la mañana.