Los vecinos de Ciutat Jardí despertaron ayer con bandera rojabandera roja debido a que las pequeñas tormentas de la madrugada provocaron el desbordamiento de la depuradora de Coll d'en Rabassa.

Dos de los afectados fueron Pepe Olivares y Lali Carmona, que se sorprendieron por encontrar, no solo la playa, sino también el paseo de Ciutat Jardí casi completamente vacíos.

Según cuenta la pareja, acostumbran frecuentar el barrio en verano y se desconcertaron al ver que ayer las terrazas no estaban llenas, aunque no les extrañó porque es algo que se suele producir por "la mala gestión de las depuradoras con el agua de lluvia", explica Pepe Olivares. Es la tercera vez, en lo que va de mes, que un vertido de aguas sucias obliga a los bañistas a abandonar las playas afectadas, un hecho que deja en evidencia el estado de la depuradora y el mantenimiento que tienen las aguas residuales, que para muchos usuarios brilla por su ausencia.

Mayor fue la indignación para Iñaki Arrue y Karmele, quienes suelen pasar sus vacaciones en Mallorca. Consideran que el problema de los desbordamientos se debería haber resuelto hace mucho tiempo. Conocían la situación de la depuradora porque sus amigos de la isla les habían prevenido de "los vertidos de aguas sucias" que suele sufrir esta playa, explica Arrue.

Asimismo, Karmele no entiende cómo Mallorca, que vive del turismo, "no mantenga estas zonas en buen estado", al igual que sucede en Cala Gamba, donde, asegura, "había una gaviota muerta, algas estancadas y un olor a putrefacción que dejaba mucho que desear". De la misma manera, le sorprende porque la playa de Es Trenc, que es un parque natural, no "tenga ni una papelera", y recalca la necesidad de gestionar "unos servicios mínimos" en la ciudad.

De igual forma, un vecino de la zona, Miguel Tous, considera que esta mala gestión de las aguas sucias es un problema que repercute sobre todo en el turismo, ya que "uno de los principales afectados son los clientes de los hoteles a pie de playa". Según explica, "muchas veces ha ocurrido que las aguas sucias no han podido ser recogidas por las depuradoras y se han soltado al mar", provocando un daño enorme en la playa y poniendo en riesgo la salud de los bañistas, algo que tendría que evitarse, "sobre todo en estas fechas de tanta afluencia", añade.

Para muchos vecinos acostumbrados a frecuentar Ciutat Jardí, este no es un caso aislado, según explica Juana Mut, que suele visitar las terrazas de la playa. El desbordamiento de la depuradora es un problema que se repite cada año, incluso ha impedido que compre un piso en el barrio "porque el problema en esta playa es muy común", explica la vecina.