Hubo nervios ayer en la junta de gobierno del Ayuntamiento de Palma, con la amenaza incluida de algún portazo sonoro y sonado aunque, de momento, la sangre no ha llegado al río. Resulta que, si se hubieran aceptado tres alegaciones presentadas por tres departamentos distintos del gobierno municipal ( Consumo, en manos del PSOE; Movilidad, también del PSOE y Accesibilidad, de Podemos) a la modificación de la ordenanza de terrazas, no se podría aprobar definitivamente en el pleno de este mes la nueva norma. Algo que disgustaba profundamente tanto a la teniente de alcalde, Aurora Jhardi (Podemos), que ha llevado el peso de las negociaciones con todos los sectores implicados, como al alcalde, Antoni Noguera (Més), porque sería la constatación de un fracaso.
Opción intermedia
Por ello, se optó por una opción intermedia y poco ortodoxa, aunque avalada por el secretario municipal, consistente en aprobar las modificaciones propuestas por estos departamentos, aunque no hacerlas efectivas hasta que se haya expuesto de nuevo al público la ordenanza, pero una vez aprobada. Algo similar ha ocurrido con la propuesta de modificación presentada por Salud (Podemos) con el aval de la comisión técnica del ruido consistente en adelantar el horario de cierre de las terrazas de sa Llonja a las 11 de la noche. Aceptar esta alegación supondría exponer de nuevo la ordenanza y retrasar aún más su aprobación definitiva. Por ello, se ha optado por la solución, que probablemente no va a gustar nada a los vecinos de sa Llonja, de aprobar el adelanto vía decreto, aunque sin compromiso de fecha de aplicación.
Sin 'acompasamiento'
Tampoco se ha aceptado que, mediante una disposición transitoria, se mantenga en vigor la prohibición de la venta ambulante ilegal en la ordenanza de ocupación de la vía pública. Un motivo de fricción entre la teniente de alcalde Aurora Jhardi (Podemos) y la concejala de Seguridad Ciudadana Angélica Pastor (PSOE). Si se hubieran aceptado los cambios propuestos por miembros del gobierno se habría dado margen para "acompasar" la modificación de la ordenanza de terrazas con la del botellón, que debe recoger la prohibición de los manteros.
