La noche del 9 al 10 de noviembre de 1989 caía el muro de Berlín. Muchos aún guardan como un tesoro algunos de sus fragmentos como símbolo de un nuevo tiempo. En la mañana del 30 de junio de 2018, se vendían como donativos simbólicos fragmentos del muro de la antigua cárcel de Palma. El colectivo Sa Presó liberó ayer la cárcel como escenificación de la recuperación de espacios en desuso para la ciudad.

"No somos una organización. Estamos abiertos. Somos orgánicos. Ocurren cosas mágicas, ¡y otras no tanto!, pero aquí estamos para reclamar espacios vacíos para los ciudadanos con la idea de rehabilitarlos", expresó Is Montero en un improvisado manifiesto. Lo siguió la música programática de César Barco Manrique. "Estamos convencidos de que en Mallorca hay mucho talento artístico, solo hay que unirse", expresó antes de ponerse al teclado.

Poco a poco, el foso de la cárcel, al que se le dio un lavado de cara, se iba llenando de algunos de los representantes que se han apuntado al colectivo Som sa Preso y también artistas que apoyan la causa. Tempraneros los del Clúster como Tatum, Feliu Renom, Bartolomé Seguí. Algunos cuadernos en mano curiosos de poder acceder a un lugar cerrado para afilar el lápiz en el día de su liberación. "Tengo curiosidad y voy a dibujar este lugar. He convocado a los del Urban Sketchers. A ver si se animan", dijo quien ha dibujado la ciudad al instante.

Con sus dos hijas, José Hila, el regidor de Urbanismo, que apoya la iniciativa y la amplía al asegurar que "Palma necesita viviendas, y tanto en la antigua prisión como en algunos solares municipales de la zona hay muchas posibilidades de construir viviendas dignas".

Uno de los grupos que se han implicado pertenecen a Joves Arquitectes. Aina Soler y Aina Jordi deambulaban por el foso. "No sabemos cómo va a ir. Será un movimiento que se desarrollara poco a poco pero está claro que el debate sobre la descentralización de la ciudad, el buscar enclaves estratégicos, conectados, está ahí. hay que hablar del problema de cómo cubrir las necesidades de la vivienda", insistieron.

Vecinos

Esa es precisamente una de las peticiones de largo recorrido lanzadas por la asociación de vecinos Cas Capiscol-Son Busquets, aliados a la causa.

"Hace años que reivindicamos que la antigua cárcel se rehabilitara. Cuando el PP dijo que quería construir viviendas de lujo nos opusimos. Después en un pleno reciente, los populares volvieron a sacar el tema. Intervine y allí mismo conocí a Joves Arquitectes. Hemos ido a las reuniones del Som a sa Presó y les apoyamos. Estamos por rehabilitar, no por derribar", aseguró Biel González del Valle, presidente vecinal.

Bajo un techado de paraguas y sombrillas de playa, se bailó lindy hop. Era la hora de vermut y había ganas de fiesta. Todo el día, hasta la caída de la tarde, donde muchos penaron por sus delitos, otros liberaron los muros para abrirlos a la ciudad.

Cámara oscura para retratar las concertinas

En lo alto, amenazantes, las concertinas que disuadían de escapadas de los presos. Las mismas que se clavan en la piel de los desherados de la tierra que huyen de África para auparse a los lomos de Ceuta y Melilla y alcanzar el sueño de esta Europa que es también pesadilla. Pueden ser retratados los alambres de espinos con una cámara oscura, la que han montado Laura Rodríguez y Sara Ambrogi, de Art de la Rue, para explicar "de una manera sencilla", cómo retratar lo que sucede, y lo que no. Con cubos de basura han creado una suerte de cámara oscura para enseñar los conceptos básicos de la fotografía. En el punto de mira, las concertinas. En lo alto, amenazantes. Metáforas de púas.