La Nit de Sant Joan abarrotó ayer las playas de Palma. Ciudad Jardín, Portitxol y Can Pere Antoni se llenaron de gente desde primera hora de la tarde para preparar la noche más corta del año.
El buen tiempo y las cálidas temperaturas acompañaron una celebración cargada de rituales que familias enteras, grupos de amigos y parejas no se quisieron perder. "Nosotros a medianoche nos daremos un baño en el mar y saltaremos siete olas, incluso lo haremos de espaldas", cuenta Antonia, una tradición que, según explica, "te purifica y te quita lo negativo". Ella y María José acudieron a Ciudad Jardín junto a un grupo de amigos de más de cuarenta personas para celebrar la Nit de Sant Joan. "También escribimos algunos deseos en papeles y luego los quemamos", destacaron.
Pero no fueron los únicos, la familia Amador quiso celebrar en el Portitxol la noche de una forma muy especial: vestidos de blanco. "Nosotros nos vestimos de blanco, las chicas nos ponemos cintas con flores en el pelo y encendemos velas blancas, para la pureza; y doradas, para atraer el dinero", explicaron.
Cargados con mesas, sillas, toallas, antorchas e incluso barbacoas, quienes estuvieron en esta playa disfrutaron de una copiosa cena. "Hemos traído tortillas de patata, ensalada de pasta, ensaladilla rusa, coca de trempó...", la familia Amador enumeraba sin cesar los manjares de los que estaban disfrutando sin olvidarse de mencionar la importancia de dejar limpias las playas: ¡No hay que tirar plásticos!, exclamaron.
Lo importante en una noche así, en la que se acude con una gran cantidad de plásticos y en la que se generan otro tanto de residuos, era no ensuciar y ser sostenible. De concienciar a la gente en este sentido se quisieron encargar las asociaciones Es Racó de ses Idees y Asociación Ondine, que mediante su iniciativa #residuzero invitaron a los ciudadnos a acudir con sus propios cubiertos y recipientes y además ofrecieron vasos y ceniceros reutilizables a aquellas personas que acudieron a la playa sin ellos.
Rocío Juan, coordinadora de la iniciativa, destacó que, aunque es complicado obtener datos de la recogida de residuos, "el año pasado aparecieron en las playas mil kilos menos".
Para resultar más cercanas a la gente, estas asociaciones organizaron un taller de yoga en el Portitxol y un sorteo de artículos reutilizables.
"Gracias a estas cosas la gente está cada vez más concienciada", aseguró Claudia Mercadal, quien junto a Marga Puigserver, Jaume Cladera y otros amigos aceptó de buen gusto los vasos que una voluntaria les ofreció.
Anécdotas
Las prohibiciones ayer parecían no tener cabida en las playas, de hecho en esta última pudieron verse tiendas de campaña para pasar la noche y perros paseando por la arena o incluso bañándose.
Las playas quedaron ocupadas por completo, mesas, sillas y barbacoas aparecieron en la arena, en las rocas e incluso en las aceras, donde llegaron a montarse verdaderas terrazas al aire libre.
Entre la multitud de toldos y carpas que podían verse, destacaban varias celebraciones de cumpleaños, pero una muy especial, y es que una familia colombiana aprovechó la ocasión para hacer una fiesta, igual de especial, por el quince cumpleaños de Isabela. Para lo cual engalanaron un espacio de la playa con telas blancas y flores.
Gente de todas las nacionalidades y religiones celebró Sant Joan en las playas de Ciutat, pero cabe resaltar que los turistas prefirieron el ambiente de Can Pere Antoni, donde las hogueras y las barbacoas hicieron que el humo se apoderase del paseo Marítimo.
La música fue protagonista también en esta playa. Cada grupo de gente tenía sus propias melodías y alegres y risueños bailaban y cantaban, hasta que llegó la medianoche e hicieron una breve pausa para disfrutar al máximo de la magia de Sant Joan: se bañaron en el mar y procedieron a elaborar los numerosos rituales para "purificarse y limpiarse".
Seguridad
El ayuntamiento de Palma. Además, colocó varios bloques de hormigón, las conocidas vallas New Jersey, para impedir el acceso de vehículos a las aceras, y así impedir cualquier tipo de incidente.
