En Joan Miró se respira con alivio. Los vecinos que estaban afectados por la 'invasión' de los árboles en sus casas ya que llevaban años sin ser podados han aplaudido que "al fin el Ayuntamiento nos ha escuchado".

El pasado lunes, los operarios empezaron los trabajos de tala de ramas que durante ocho años, según los residentes, Cort no llevaba a cabo provocándoles problemas de salubridad y de calidad de vida.

Una de las vecinas, de 83 años, ha estado muy afectada ya que al vivir en una casa más baja, las ramas de los árboles prácticamente entraban en su casa. "En invierno tengo que encender la luz a las 15 horas", indicó. Otra de las más de cien vecinas afectadas contó que había sufrido picaduras de abejas, y es alérgica, ya que "han proliferado al no podar las ramas". Además de quitarle las vistas al Paseo Marítimo, por las que pagó más dinero por su piso.