Hay personas mayores de 65 años que viven solas encantadas de esta situación y otras con una soledad no deseada. "No es lo mismo estar solo que sentirse solo", compara Cristina Segura. Lo segundo "tiene consecuencias en la salud y a nivel vital", advierte la directora del programa de Gent Gran de la Obra Social la Caixa. "Titulares de la prensa británica dicen que la soledad mata más que un paquete de tabaco diario", tal como ejemplifica para poner el foco en un problema complejo que han empezado a analizar en los barrios de Santa Catalina, es Jonquet y El Terreno. Un proyecto entre la entidad bancaria, Cort y el IMAS (Institut Mallorquí d'Afers Socials) tratará de paliar este tipo de soledad, la no buscada, en los mayores de Ciutat.
'Sempre acompanyats' está en una fase inicial, de diagnóstico de la situación de los citados barrios y de contacto con las entidades allí presentes. "Se trabajará en dos ejes: con una intervención a nivel personal y con la comunidad para que vuelva a tener un vínculo y pueda mermar su sentimiento de soledad". "Con la suma de todos, hay que lograr que estas personas encuentren un camino con el fin de mejorar su calidad de vida", en palabras de Segura. Para el vicepresidente del IMAS, Javier de Juan, "tenemos que darles lo que necesitan cuando lo necesitan", pero las administraciones fallan "por falta de coordinación". Cree que "el trato individualizado y la flexibilización de servicios no son tan difíciles como parece. Si uno quiere que le cuiden en casa y no en una residencia, hay que tratar de ofrecérselo", destaca. Por el momento, han detectado ocho casos de soledad no deseada en los tres barrios de Palma objeto del estudio y comenzarán a trabajar con estas personas.
Una llamada, un café
Aunque cada situación puede ser muy diferente, la directora del programa de Gent Gran explica que hay unas pautas generales, como "llamar más a la familia, quedar con una amiga que hace tiempo que no visitas o, ya a nivel comunitario, el voluntario debe acompañarle a espacios donde pueda generar vínculos". Segura señala no obstante que el sentimiento de soledad es subjetivo y, además, difiere mucho según la cultura. Pone como ejemplos el entorno mediterráneo y el de los países del norte de Europa, ya que en el primero es habitual tener más contacto con la familia y, en cambio, a alguien escandinavo le puede sorprender una llamada cada dos semanas.
De todos modos, una encuesta telefónica realizada en mayo por quienes impulsan el estudio pone de relieve que al 75% le preocupa la soledad y más del 90% cree que es un problema para la tercera edad. "La familia continúa siendo el apoyo principal para las personas, tanto por puntuaciones más elevadas que la red social como por la importancia que se le da en la responsabilidad de actuar ante los problemas de soledad", según destacaron ayer en la presentación del acuerdo de colaboración para realizar el proyecto 'Sempre acompanyats'.
Gentrificación
El sentimiento de soledad entre quienes tienen más de 65 años es cada vez mayor, aunque en Palma hay otro problema añadido, tal como añade la coordinadora de Bienestar Social de Cort, Catalina Trobat: "el riesgo de exclusión" por motivos económicos, es decir, la temida "gentrificación", que está afectando a barrios tradicionalmente habitados por personas mayores. "Hasta ahora, las administraciones se habían centrado en la infancia y en llevar a cabo proyectos socioeducativos. Para los mayores solo había talleres puntuales, aunque este proyecto conjunto es un paso más", según la responsable municipal.
Pese a que se centrará en Santa Catalina, es Jonquet y El Terreno, "ayudará a planificar y saber qué recursos se necesitan para poder extenderlo a otros barrios", como concluye Javier de Juan.
