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Patrimonio

La Torre d'en Pau busca otro destino

La propuesta de Ricardo Tugores de convertirla en Centre Cívic ha quedado tercera en los presupuestos participativos

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La Torre d’en Pau busca otro destino

El estruendo de aviones, uno cada cinco minutos -la frecuencia será mayor a partir de verano-, rompe el sosiego del parque de la Torre d'en Pau. Un grupo de escolares juega a futbito, y unos operarios de Parcs i Jardins barren. Aparentemente está cuidado. Pero no cumple la misión para la que fue creado. Ricardo Tugores ha recogido el recuerdo de los mejores tiempos de esta instalación que está catalogada como Bien de Interés Cultural que, sin embargo, padece un sempiterno abandono.

"Es un espacio magnífico para convertirse en el primer centro cívico de Palma, donde se podrían difundir diversas iniciativas culturales y sociales. Aquí hubo recitales de poesía, actuaciones musicales", indica Tugores.

Su propuesta ha quedado en tercer lugar en los presupuestos participativos al alcanzar 241 votos. Por delante están las propuestas de los baños públicos y del campo de fútbol del polideportivo Son Fuster. Han pasado a la fase de votación, entre el 16 de julio y el 16 de septiembre, trece propuestas. Tugores sabe que el certamen está reñido. No se amilana.

"Por su infraestructura, por el lugar donde está situado, ofrece unas posibilidades enormes para albergar un proyecto vertebrador de cohesión social y cultural que implique al barrio y a toda la ciudad", expresa.

La idea no pasa por un megaproyecto sino que la reforma sería de mínimos al aprovechar buena parte de lo existente; eso sí, habría que eliminar barreras en los accesos, además de solucionar la iluminación, los sanitarios, las oficinas y una cafetería.

La Torre d'en Pau está en Ciutat Jardí. Cuenta con una superficie de casi 44.000 metros cuadrados. En su interior se encuentra el polvorín, sellado, y hay un pequeño anfiteatro que Tugores querría ampliar así como ampliar la zona verde existente en la parte trasera del parque para albergar un huerto urbano y un jardín terapéutico. Cree que un mercadillo artesanal a la semana sería un aliciente más para el turismo.

Esta infraestructura militar pasó a manos del Ayuntamiento en 1975, y su inauguración oficial como parque tuvo lugar en 1991. Jaume Matas, cuando fue ministro de Medio Ambiente, proyectó aquí el centro de visitantes del Parque de Cabrera que acabó instalando en la Colonia de Sant Jordi con un presupuesto de 10 millones de euros que acabaron en 21. Fue otra operación que acabó en nada.

Mientras, la Torre d'en Pau volvía a manos municipales pero sin darle uso. En 2013 los socialistas hicieron suyas las protestas vecinales de abandono. Hoy con luz y taquígrafos está limpio. Cuando cae la noche, sigue la ruina.

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