Las sucesivas inspecciones realizadas por los celadores municipales al Megapark han dado como resultado que el empresario Bartolomé Cursach cumple las medidas cautelares dictadas a principios del pasado mes de abril, que obligan a la clausura de las actividades no sujetas a licencia.

Lo anterior no supone que el Megapark deba estar cerrado al público, puesto que, tal como se indica en el decreto dictado por el área de Urbanismo de Cort, la actividad se debe ajustar a la licencia concedida en 2004 por lo que respecta al centro de ocio y de 2006 para la cafetería 'El Quixote'.

De esta forma, debe permanecer paralizada la actividad del restaurante, que conforma uno de los dos edificios del complejo que fueron unidos sin permiso municipal, constituido por una planta sótano, planta baja, entresuelo, primera y segunda planta y que se amparaba como extensión del centro de ocio.

También se paralizó y prohibió cualquier tipo de actividad en el espacio de retranqueo que queda entre los dos edificios del complejo por no contemplarse en las condiciones de la licencia, además de en las terrazas exteriores, por carecer de título habilitante. Cabe señalar, no obstante, que en este último punto la prohibición se refiere a la terraza situada entre el inicio de la calle y la fachada del edificio ya que la empresa dispone de licencia para ocupar con mesas y sillas la vía pública.

En el centro de ocio se paralizó la actividad de toda la primera planta por haberse detectado incrementos de superficie considerables que desvirtúan las condiciones de las licencias. En el resto del inmueble (la discoteca, situada en la planta sótano y en parte de la planta baja) la actividad continúa estando permitida. De hecho, con todas estas limitaciones, que la empresa cumplió en el plazo de 48 horas que le daba la orden, se permite un aforo de 2.528 personas.

En el caso de que la empresa incumpla en algún momento estas medidas cautelares, se procederá a la apertura de un expediente disciplinario por una falta que en este caso se consideraría grave y que, en el caso de reiteración, conllevaría, además de una sanción económica, la clausura del establecimiento.