Representantes de la asociación de vecinos del Coll d'en Rabassa y la Federación de Vecinos de Palma denuncian que el actual proyecto del tramo I del segundo cinturón, que une la carretera de Manacor con la autopista de Llevant, carece de los estudios de movilidad y de impacto ambiental. Critican también diversas incongruencias, entre ellas que los residentes en la zona, como principales afectados, no hayan sido informados hasta ahora y que el Consell de Mallorca haya aprobado una reserva de espacio para el tranvía cuando el Ayuntamiento todavía no tiene un proyecto.

Miembros de las dos entidades vecinales, presididas por Joan Forteza, se reunieron el jueves por la tarde con la consellera de Territorio e Infraestructuras del Consell de Mallorca, Mercedes Garrido, después de haber presentado alegaciones y 1.400 firmas en contra del proyecto de trazado del segundo cinturón. En este encuentro, se puso de manifiesto que el proyecto de tramo I, a su paso por el Coll, no cuenta con un informe del área de Movilidad de Cort, cuyo concejal también asistió a esta reunión, y que el informe de impacto ambiental se elaboró sobre otro proyecto anterior.

Forteza explicó ayer que el Consell no tiene una alternativa al vertido en el torrente Gros de aguas "contaminadas" recogidas a lo largo de la carretera. Sobre esta cuestión, según el presidente de los vecinos, en el Consell desconocían el proyecto del depósito de aguas residuales que construirá Emaya en el Coll. "¿Cómo es posible que una institución que debe controlar toda Mallorca no tenga conocimiento de ello? Y esto nos crea gran desconfianza", criticó Forteza.

En vista de que no podrán presentar alegaciones al proyecto constructivo y que esta situación les crea una sensación de "indefensión", la Federación de Vecinos solicitará una reunión con el equipo técnico de Urbanismo de Cort, para conocer qué alegaciones presentará el Ayuntamiento.