Los primeros bañistas de las playas de Palma No saben que esta misma semana hubo una reunión convocada por la regiduría de Medio Ambiente para aclarar junto a asociaciones ecologistas como Greenpeace, Gob y Mallorca Blue las aguas oscuras del litoral urbano de la ciudad.

El aluvión de denuncias por la falta de salubridad en playas como Can Pere Antoni al encontrarse plásticos, toallitas, bastoncitos, jeringuillas, ratas, y en el mar, más plásticos y vertido de fecales con pluviales, ha inquietado al equipo de Neus Truyol. Las medidas que anunció un mes atrás junto al alcalde Antoni Noguera podrían paliar que Palma nade literalmente en un mar de plásticos y excrementos. Solo que habrá que esperar hasta el 2021 y "solo supondrá la reducción de vertidos en un 30", según los ecologistas.

Mientras, la temporada de plena ocupación turística ya ha colocado la sombrilla en una arena que a partir de este viernes fue rastrillada por los diferentes concesionarios a los que el Ayuntamiento tiene adjudicadas las playas. Son ellos los responsables de su limpieza. Una vez por semana en temporada baja, y a partir de la llegada de turistas, una diaria. Salvo en Can Pere Antoni, que es diaria, tras denuncias por los vertidos de fecales, la salida al exterior de toallitas y bastoncitos que al no limpiar los torrentes, o limpiarlos de manera "insuficiente", según los denunciantes, siembran de monstruos de toallitas todo el litoral de Palma. Este pasado viernes, tras el rastrillado y recogida de basura por un tractor en esta playa y en la de Ciutat Jardí, si te acercabas a las rocas era más que evidente que nadie responsable de la limpieza de la misma se tomó la molestia en retirar pelotas de toallitas y plásticos, enredados entre esa suerte de magma dañino para el medio ambiente y para la salud pública.

"La marea trae los plásticos a la orilla. Nosotros limpiamos la terraza pero no es de nuestra competencia limpiar la playa y las rocas cercanas", indicó Fabio Maggi, encargado del chiringuito Ànima, en can Pere Antoni.

El tractor que limpiaba este viernes pasado lo contrató la concesionaria de esta playa, Marportsunbeach Mallorca. Olvidaron retirar las toallitas que están esparcidas en las rocas vecinas al Nassau, un nido de estas basuras.

"Las personas que denunciamos porque nos preocupa la falta de salubridad de estas playas tenemos el problema añadido de la burocracia. La Administración se pasa la pelota. La limpieza de las playas es competencia de los Ayuntamientos, según me respondió recientemente el Govern tras la denuncia que les puse el pasado 16 de abril al comprobar que ni el agua ni la playa mantenían condiciones de salubridad para los ciudadanos. La Autoridad Portuaria son responsables de limpiar las escolleras y hace más de un año que las del Portixol y de la playa que llamamos de los bebés, en el Molinar, no se limpian", apunta Aina Barceló.

Ella también fue invitada a la reunión con Neus Truyol al ser una de las personas más activas en el cuidado del litoral urbano de Palma y en denunciar si no se cumplen las condiciones que por ley deben tener para no atentar ni a la salud ni al medio ambiente.

"Han empezado a limpiar, y bien está, solo que no pueden decir a día de hoy (el recorrido por algunas de las playas se hizo el pasado viernes 27 de abril) las playas estén limpias", opina.

Sin embargo, ese ciudadano o turista tempranero, que como casi todos no es un observador nato, comprueba que la playa está limpia. El mismo Ayuntamiento escribe en su web platges.cat: " Se puede disfrutar de las aguas cristalinas que hacen de Palma un destino ideal para las actividades acuáticas y para pasar unos días inolvidables de descanso los 365 días del año".

La saturación turística también provoca que esas supuestas aguas cristalinas se hayan convertido en una sopa de plásticos. "La presión este año de 33,3 millones de turistas revientan las depuradoras. Las tres están al límite", recuerda Barceló.

Cort se ha comprometido a que con el nuevo colector de Emaya se reducirá el problema de los vertidos de aguas fecales al mar. El presupuesto es de 280 millones. Solo que habrá que esperar como mínimo tres años. Los ecologistas han alzado la voz de alarma: "Hay que empezar ya".

En las zonas de baño del Portixol, del Molinar, pese a no ser consideradas playas, su limpieza depende del Ayuntamiento. "No son zonas turísticas pero sí de uso vecinal muy frecuente", apuntan sus vecinos. En Ciutat Jardí se acumula un montón de basura apilada por el camión de la limpieza. Se percibe el rastro de toallitas. Emaya retira cada año 1000 toneladas de éstos y otros elementos que son lanzados al inodoro obstruyendo alcantarillas y depuradoras. Emaya recuerda que estos productos deben poner en su etiqueta que no pueden arrojarse al WC. En opinión de Aina Barceló, que ha vivido muchos años en Inglaterra, "las medidas han de ser más contundentes: donde falla la educación, quizá habrá que sancionar".

Las playas de la ciudad se lavan la cara. Ante el estado de las mismas y del mar, la higiene debe ser en profundidad. "Y no solo en temporada alta; siempre", piden.