Frente a la mezquita de Abderrahman de Palma los Reyes Magos han adelantado el paso para repartir regalos a los niños de 800 familias. Es una de las actividades de la Fundació Monti-sion Solidària Fundació Monti-sion Solidària que más sonrisas depara entre voluntarios y beneficiarios. Ayer tarde, entre el cruce de calles entre Lluís Martí y Joan Mestre la cola avanzaba con tranquilidad y algo de nervios.

María Ángeles Iglesias guarda cola arrullando a su pequeño en el cochecito. Ella tiene 26 años. Limpia casas tres o cuatro horas a la semana. Su marido está de baja. Tienen cinco hijos entre 8,7, 6, 2 años y 6 meses. Los más mayores revolotean.

"Nos piden regalos muy caros. No podemos. ¡Lo que venga, bueno es!", agradece con una mirada que resbala de sus mejillas hacia el piso de la calle.

Cristina Conti y Pep García son los voluntarios que han organizado la entrega de estos Reyes que pellizca un poco de alegría para los más desfavorecidos gracias a las ayudas de los más de mil voluntarios de Monti-sion. Carlos Gómez es uno de ellos. El conocido magistrado cuenta que atienden a 4.100 personas, de los que 1.100 son menores de 10 años. "Son los que atendemos preferentemente", indica.

La niña Shayma, de 8 años, se ha portado bien. Su madre Harima es de Tánger. Ahora viven en Son Gotleu. "Le han regalado una cuna, un puzzle y un muñeco. Está muy contenta". Su hija agarra con todas sus fuerzas los obsequios. "¡Es buena!", asegura la madre. Se merece los Reyes.

La tarde se echa sobre el cogote y refresca. Los voluntarios reparten chocolate en la calle, a los que hacen cola. Ésta avanza con rapidez. Cristina está satisfecha. En el interior de las oficinas y almacenes los pajes organizan el recorrido.

"Los niños que reciben regalos son de 0 a 10 años. Son los beneficiarios de la Fundació que ya han pasado filtro. A partir de aquí no se les pide nada", cuenta Cristina. El filtro es indicar su situación actual. La mayoría de familias viven con muy pocos recursos. El mundo está representado en esa cola frente a la mezquita: hay niños del Magreb, de Latinoamérica, de la África Subsahariana y españoles. No se ven asiáticos.

"Este invierno hay más latinoamericanos, sobre todo de Bolivia y Ecuador. Al parecer han regresado a España tras marcharse en los años de la crisis a sus países de origen", indican los voluntarios.

Juguetes reciclados

Hay cientos de juguetes que esperan envueltos en celofán y con un lazo de colores las pequeñas manos que los abran. Ordenados por edades, hay juegos, libros, muñecos pero no encontrarán juguetes que inciten a la violencia, bélicos, que simulen armas, discriminatorios por razón de raza, sexo, condición física, o psíquica y desde luego no los hechos por trabajo infantil y/o de explotación laboral.

Los niños son recibidos por las reinas magas, entre ellas Ana Rus. "Por la sonrisa de estos niños, lo que sea", asegura. Ahlam se va feliz con su bolso de Wilma, de Los Picapiedra.