Lo que dos años atrás era solo un sueño, ayer se hizo realidad. Las ánimes se pusieron a bailar con las calabazas de Halloween porque la celebración de Tots Sants quiere sumar y no restar. Ese el motor que prendió la maquinaria entre las distintas entidades del Distrito Nord de Palma que ayer tarde y noche, con permiso de la tormenta, tomaron el parc de sa Riera para celebrar La Nit de les Ànimes.

La cuentacuentos Francesca Vadell narraba a los niños encandilados cómo en la noche del 31 de octubre, los muertos se reúnen con los vivos y cómo éstos deben ayudarles a regresar a la tierra encendiendo luces, dejándoles incluso comida. Por eso, en sa Riera también se aprendió ayer a preparar los panellets, para que las ánimas se encuentren con los piñones y recuerden cómo se les metían entre los dientes.

Mientras los dimonis des Cau des Boc Negre calentaban motores, Carme Castells explicaba desde la literatura y el folclore la conexión entre Mallorca y el festejo de Halloween, ya plenamente arraigado en la isla.

A dos pasos del cementerio, hay quien quiso visitarlo a la luz de la luna llena. El de Palma tiene mucha historia. Algunas de sus esculturas, sobre todo ángeles, son auténticas ánimas.

Los niños correteaban a la caída de la tarde, y entre pintarse la cara de demonio y calavera, hacer pastetas dulces que después colgaron en los rosarios con la patena de la calabaza, los mayores prendían las candelas.

A toro pasado, Palma quiso repetir la festividad de Tots Sants en una tarde noche de brujas, de esqueletos y demonios. No faltaron batucadas que, en realidad, no son ni de Mallorca ni de la tierra de la calabaza, pero que ya ha Los espíritus brasileros también viven en Palma.