El único ruido que rompía la tranquilidad del cementerio de Palma ayer por la mañana era el de la sopladora que utilizaba un empleado de limpieza para retirar las hojas secas caídas. El número de visitantes el sábado anterior a Tots Sants fue escaso, aunque eso era precisamente lo que querían quienes acudieron a arreglar las tumbas de sus seres queridos y poner flores. "El día 1 es un agobio y no se puede aparcar. Siempre venimos antes, porque es mucho más cómodo", explicaron Dolores y su madre, Margarita, que tenían que hacer varios viajes con flores, ya que "están enterrados muchos allegados fallecidos". Asunción fue previsora por el mismo motivo y argumentó que "da igual hacerlo en Tots Sants o antes, lo importante es el sentimiento".

Mateo Bosch se quejó de que ya estuviese cerrado el camí de ca l'Ardiaca, lindante al cementerio, pese a que ayer aún no había una gran afluencia de visitantes.