Entra dentro de lo habitual en esta época del año, pero no por ello deja de ser molesto y un problema. Las poblaciones de mosquitos viven estos días su pico más alto como consecuencia de las intensas lluvias de hace unas semanas y la humedad ambiental. Hasta que las temperaturas desciendan, que suele ser por noviembre, estos insectos seguirán picando, advierte Miquel Àngel Miranda, profesor de Zoología de la UIB.

Los factores necesarios se han dado para que en la mayor parte de Palma hayan proliferado los mosquitos. Por una parte, "el mosquito oportunista", explica Miranda, se ha beneficiado del agua que ha quedado encharcada en distintas zonas rurales tras las tormentas de hace unas tres semanas. También ha habido lluvias ocasionales que han podido dejar agua estancada en maceteros y otros rincones de las casas que es el criadero perfecto para el mosquito tigre, otra especie contra la que en Palma se combate desde mediados de abril hasta mitad de noviembre.

Dos veces al año

Juntamente con la primavera, el otoño, recuerda Miquel Àngel Miranda, es la otra época del año en que más mosquitos hay, como el Aedes caspius o mosquito de las marismas. Desde el Ayuntamiento, indica Antònia Martín, regidora de Sanidad y Consumo, se ha detectado la eclosión del mosquito común sobre todo en el Pla de sant Jordi, ses Fontanelles, Can Pastilla y sa Casa Blanca.

Estudios realizados en la Universitat hace unos años comprobaron cómo estos mosquitos, que suelen criar en zonas húmedas, podían desplazarse hasta siete kilómetros, por lo que no sólo Sant Jordi, sino las áreas más cercanas suelen ser las más afectadas por los mosquitos, señala el experto de la UIB.

En cambio, el mosquito tigre no depende tanto de las lluvias ni de lo copiosas que sean. Le basta con que quede una mínima cantidad de agua estancada en algún rincón para reproducirse.

Temporada alta para el tigre

El mosquito tigre vive ahora su "temporada alta", destaca la regidora de Sanidad y Consumo. El 80% de la población de este insecto cría en propiedades privadas, por lo que su proliferación depende mucho del cuidado que pongan los particulares en evitar que quede agua encharcada en macetas o piscinas, destacan tanto Miranda como Martín.

"Eliminarlo es muy fácil, pero falta concienciación", comenta la regidora. Durante la campaña para combatirlo, los técnicos lo han detectado en macetas, canalones rotos, ruedas abandonadas en solares y en desagües de duchas de piscinas. La solución, añade Antònia Martín, "es muy fácil, basta con echar lejía o quitar el agua".