En Canamunt sulfuro. Los demonios echaban humo y chispas. Los niños se alertaban ante el alboroto de la batukada de K Introfà. San Rescat salió en andas portado por cuatro vecinos de un barrio que se sumó a las distintas celebraciones de sant Antoni ayer tarde y noche. Desde el corazón de la ciudad a los periféricos de Indioteria, Rafal Vell y, desde los costeros del Portixol y el Molinar a los de tierra adentro de es Vivero. Todos a una con el fuego al leño. El santo de los animales es también querido en Palma. Es la antesala de sant Sebastià que aguarda en capilla su ya cercana noche de Revetla.

En el secadero de redes del Born en es Molinar, el encendido de los foguerons estuvo amenizado por Marga Pocovi y Biel Tous. Los más animados se lanzaron a echarse un ball de bot con Voramar. No muy lejos, los de la asociación de Vogar i Ciar también lo celebraron con fuego, alimentos y bebida. Como harían unos kilómetros más lejos los de Son Dameto con una chocolatada solidaria.

Sant Antoni es multicultural y a la tradición del baile tradicional de Mallorca se suman otros ritmos como la zumba que sonó en la plaza Josep Maria Llompart en Rafal Vell, que también combinaron con el ball de bot del grupo de balladors des Raiguer. Adelantaron unas horas las bendiciones de animales en es Vivero hasta bailar con los de s´Estol. En s´Indioteria, una colla de demonios fue la novedad de la celebración con foguerons que fueron puntos de luz en Palma.