Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palma a la vista

El baile de los zapatos

Eduardo Bianco es zapatero artesanal, y en sus manos, los zapatos danzan. Realizó el calzado ortopédico de 'Ricardo III' para Iguana Teatre

El zapatero Eduardo Bianco se ha especializado en calzado artesanal y de baile. L.D.

Eduardo Bianco no quería estudiar. Su padre que era zapatero le enseñó el oficio. Orlando Bianco no imaginó que su hijo acabaría cruzando el océano para dedicarse a hacer "calzado artesanal, a la carta y a medida" tal y como reza en su carta de presentación.

En la calle Pere Martell hay un recodo donde los zapatos bailan tango y otros ritmos. El artesano se ha instalado ahí, en un negocio en el que además de vender calzado, lo arregla. Tienda y taller a la vista. Aquel niño que aprendió del padre en Provincia, Buenos Aires, se fue a Madrid once años atrás. Con varios cursos de modelaje y las enseñanzas del progenitor, se dedicó a ello. En sus ratos libres iba a clase de tango. Allí conoció a Roxana Barberio, bailarina de danza del vientre bajo el nombre artístico de Yhemel. Se casaron y con los años decidieron "dejar la gran ciudad". Mallorca, "donde no conocíamos a nadie", fue el lugar elegido.

Eduardo sabe que no puede competir con las grandes cadenas. Lo suyo es trabajo lento, de piel a piel. "Suelen venir personas que quieren un calzado más personalizado,algunos por tener problemas con sus pies", indica el zapatero. Por regla general, y así lo cuenta, se dejan guiar, "pero todos tiene claro el color". Las mujeres son sus principales clientas.

En estos días de Navidad, está rematando unos botines blancos para una novia. El tacón la estilizará pero "la plataforma hará que suba en altura pero sin dañar la articulación del pie". La servidumbre del tacón del que muchas mujeres no se bajan.

A él lo que de verdad le gusta es trabajar el zapato de hombre. En las vitrinas tiene unos cuantos modelos, acharolados en blanco y negro, unos, y en rojo y negro, otros, o en piel mate, para bailar tango. Él recibe encargos de zapatos de baile de la academia Milenium, cuyo profesor de tango, Néstor, le pide algunos de los modelos que usan en coreografías. "Bailar tango no es muy difícil si uno lo siente; se trata de saber caminar y el silueteo viene después", asegura. Él lo practica porque lo calza.

Recientemente la compañía Iguana Teatre le encargó un zapato semiortopédico que utilizó el actor Carles Molinet en su laureada obra Ricard III, de Shakespeare. "Desgraciadamente no la vi", se lamenta. También ha confeccionado bolsos, carteras y zapatos medievales que utilizan en los combates de Comte Mal.

Ahora ultima detalles de un curso práctico de calzado artesanal que él impartirá en marzo, en el que los alumnos aprenderán a hacer sus zapatos sin necesidad de tener conocimientos previos. Les enseñará patronaje, diseño, cortado, aparado, montado, etcétera. Utilizará las pieles de vacuno, de cabra; a veces emplea piel de canguro, "es muy buena, muy resistente", asegura. Se la compra a Jaime, un peletero de Palma que curtía las pieles.

Compartir el artículo

stats