La Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (Emaya) va a necesitar una nave industrial o una superficie de 5.000 metros cuadrados para depositar los 317 buzones de la recogida neumática de basuras que van a ser desmontados en los próximos meses. Ayer se inició una primera fase del desmontaje con el fin de disponer de información detallada para poder remitir al Institut Municipal de Obras Viarias (IMOV) y realizar un calendario de la retirada de las instalaciones.

El proceso se inició en los buzones de Bala Roja. La presidenta de Emaya, Neus Truyol, explicó que cada una de las bocas de recogida se va retirar bajo supervisión notarial, se va a enumerar y se depositará en un lugar aún a determinar hasta que la sentencia que condena a las instaladoras Envac Iberia y Urbaser a indemnizar con 25,5 millones a la compañía municipal sea firme.

Por el momento no se van a desmontar las 26 válvulas instaladas en otros tantos puntos de los 12 kilómetros de red de recogida subterránea. Las tuberías también se mantendrán en el subsuelo, con la previsión de que, en un futuro, puedan ser utilizadas para el paso de canalizaciones o servicios. Truyol explicó también que la central de recogida situada en el subsuelo de la avenida Gabriel Alomar y Villalonga, en la que está instalada la maquinaria de succión de la basura, entre otros componentes, se va a mantener con la previsión de que en un futuro pueda ser utilizado por la empresa para almacenar pequeña maquinaria o para otros usos. Cuando se tenga el calendario de desmontaje aprobado, lo que se prevé que ocurra dentro del próximo mes de octubre, se procederá a la retirada de los buzones de forma sistemática, en función de la programación prevista, con el fin de ocasionar las menores molestias posibles.

La empresa adjudicataria de estas obras, que tendrán un coste de 330.000 euros, utilizará el mismo pavimento del entorno para tapar el espacio utilizado hasta el momento por los buzones de recogida. Se prevé que los trabajos se prolonguen durante tres meses.

Por otra parte, Truyol explicó que la empresa prevé que esta semana un gabinete de expertos en gestión de residuos inicie los trabajos para presentar a Emaya las distintas opciones de recogida para el casco histórico. Se tendrá en cuenta el impacto en el paisaje urbano, la viabilidad económica y el objetivo de incrementar y facilitar la recogida selectiva.

Una vez que se tengan las distintas propuestas, su coste y sus ventajas e inconvenientes se iniciará un proceso de participación para presentarlas a los grupos políticos y a todos los sectores sociales relacionados con el centro de Palma, entre los que se citaron comerciantes, restauradores, vecinos, asociaciones y colectivos diversos.

Mientras tanto, se mantendrá el sistema de recogida tradicional puesto en funcionamiento desde mayo de 2012, cuando colapsó la recogida neumática.