Los sindicatos CC OO y UGT, junto con la asociación de Restauración de Mallorca manifestaron ayer su voluntad de "hacer piña" con el fin de luchar y acabar con la competencia desleal que los bares y restaurantes deben soportar por parte de comercios, especialmente panaderías, pero también de gasolineras y otros establecimientos que se dedican a la venta de bebidas y productos propios del sector de restauración, pese a que sus empleados se rigen por el convenio del sector de comercio.

El presidente de la Asociación de Restauración de Mallorca, Alfonso Robredo, explicó que la competencia desleal viene determinada por el hecho de que los empleados de las panaderías se rigen por el convenio colectivo del sector de comercio y, en consecuencia, sus salarios están entre un 30 y un 35 por ciento de los del sector de restauración, que incluye a los empleados de bares y restaurantes.

Afirmó que algunas supuestas panaderías, que ni siquiera fabrican sus productos, cuentan con un servicio de bar, además de terrazas con más de 25 sillas.

En estas condiciones y si no se pone coto a esta situación, Robledo augura "la desaparición de las cafeterías tal como las conocemos".

Por su parte, Antonio Copete, del sindicato UGT, justificó su presencia en este "frente común", junto a la patronal de Restauración porque "los trabajadores de estos establecimientos mixtos están en peores condiciones".

Al igual que Robledo y del representante de CC OO, Ginés Díez, insistió en que a los empleados de las panaderías y comercios similares que además realizan servicios propios de bar o de restaurante, se les debe aplicar el convenio de restauración que implica, además de un salario superior en un 35 por ciento, al que perciben, disfrutar de 35 días de vacaciones en lugar de 30.

En definitiva, para Antonio Copete, lo que pretende conseguir su sindicato es que, además de erradicar la competencia desleal, que los trabajadores de estas panaderías y comercios "cobren por la actividad que realizan".

Díez es consciente de que ahora, en pleno período electoral, "no vamos a conseguir nada de los políticos más que buenas palabras", aunque advirtió que, después de las elecciones, "habrá una cascada de denuncias ante inspección de Trabajo, el Govern y los Ayuntamientos". Según Robledo, en estos momentos más del 90 por ciento de los establecimientos que se dedican a la venta de pan y sus derivados realizan también servicios de restauración, por lo que su proliferación también pone en peligro las panaderías tradicionales que realizan sus propios productos y los venden en sus establecimientos.

Comercios tradicionales

Insistió en que no están en contra de que las panaderías puedan vender agua o un refresco, aunque sí que se dediquen a la actividad propia de bar o restaurante y que, encima, les suponga unos gatos salariales inferiores a los del sector de restauración por el que se deberían regir.

Según el representante de CC OO los contratos realizados a estos trabajadores aplicándoles el convenio de Comercio en lugar del de Restauración incurren en "fraude de ley".

Se trata de una situación en la que estarían, según los datos de la patronal, "el 90 por ciento de los trabajadores de estos establecimientos", aunque no dio cifras concretas en cuanto a número.

Por su parte, Ginés Díez, confirmó que, tras las elecciones, "cuando salga el nuevo gobierno, vamos a ir conjuntamente con la patronal para defender los derechos de los trabajadores y si no vemos una respuesta clara y contundente par poner fin a esta situación habrá una cascada de denuncias en inspección de Trabajo y la conselleria de Turismo".

Para el secretario general de Restauración y Turismo de UGT, Antonio Copete, "si la administración no ha hecho nada antes es porque no quiere" ya que, afirmó, "tiene sus propios medios para controlar que las licencias que dan se cumplan y acabar con esta competencia desleal".