La teniente de alcalde de la Función Pública, Irene San Gil, reconoció ayer la existencia de sobreocupación de terrazas en distintos puntos de la ciudad y, en especial, en las inmediaciones de la Plaza Rei Joan Carles I (conocida popularmente como plaza de las tortugas) y en la calle Fàbrica.

Pese a lo anterior, rechazó la propuesta presentada por el grupo municipal Més en la que se solicita que se proceda a la modificación de la ordenanza de ocupación de la vía pública con el fin de que se impida que las mesas y sillas de bares puedan ocupar más del 50 por ciento del espacio público disponible.

San Gil explicó que esta cuestión ya se había discutido cuando se aprobó la actual ordenanza de ocupación de la vía pública y se optó por la aplicación de otros criterios distintos a los de metros cuadrados utilizados.

De esta forma, lo que tienen en cuenta los técnicos a la hora de autorizar una determinada ocupación es la distancia mínima al mobiliario urbano o la anchura de la acera, entre otros parámetros. San Gil explicó que si se introdujera el criterio de superficie se podrían justificar ocupaciones superiores a las actuales.

Afirmó que, por ejemplo, en es Born solo se ha autorizado una ocupación del 8 por ciento del total de la superficie del paseo aplicando el criterio de la ordenanza actual, por lo que, el espacio público disponible podría ser mucho mayor si se cambian los parámetros por el del 50 por ciento de la superficie que pide el grupo municipal Més.

Reconoció que el sistema tiene defectos y que en algunas zonas hay una evidente sobreocupación, que se intenta atajar mediante las inspecciones y la apertura de expedientes sancionadores a los locales incumplidores.

En el caso de la plaza Joan Carles I, reconoció que el Ayuntamiento ha optado por respetar una situación existente con anterioridad a la aprobación de la de la actual ordenanza.

Resulta que, según San Gil, dos bares de la zona recurrieron judicialmente la ocupación de mesas y sillas autorizadas por el Ayuntamiento a un tercer establecimiento y obtuvieron una resolución judicial que avala la actual distribución del espacio.

El equipo de gobierno ha optado por respetar este acuerdo, pese a que las licencias de ocupación de la vía pública son de estricta competencia municipal y que su autorización es una potestad discrecional de la Administración municipal, además de estar sujeta a autorización.

En el caso de la calle Fàbrica, San Gil explicó que en estos momentos se está a la espera de la adopción de medidas correctoras a raíz de las mediciones sonométricas practicadas en la zona, que han dado como resultado el incumplimiento reiterado de la ordenanza de ruidos. Como consecuencia se ha propuesto adelantar en una hora el horario de cierre de las terrazas de esta calle, si bien en estos momentos la decisión está en período de resolución de las alegaciones presentadas.

La misma medida se ha propuesto en la plaza de Drassanes y en determinadas calles de sa Llonja, aunque en este último caso el adelanto del horario de cierre afecta a los establecimientos y no a las terrazas.

La teniente de alcalde considera que son suficientes las medidas de control adoptadas por el Ayuntamiento y, en su caso, de sanción, con el fin de garantizar que solo se ocupen los espacios de la vía pública autorizados. En este sentido aseguró que la medida de señalizar con pintura la superficie ocupable autorizada en cada terraza ha dado resultados positivos.