­Una decena de embarcaciones de la cofradía de pescadores de Palma se hizo ayer a la mar para celebrar el día de su patrón, Sant Pere, con una procesión que fue seguida por cientos de personas junto a la lonja. Previamente, el santo partió a hombros desde la iglesia de Santa Creu, llevado por cuatro cofrades vestidos con el traje típico marinero y que este año estuvieron acompañados por tamborileros de la parroquia del Puig de Sant Pere.

Recorrieron las calles del barrio y sorprendieron tanto a turistas como residentes que estaban en las terrazas de la plaza Drassana al atardecer. Tras cruzar el paseo Sagrera, llegaron al pantalán de los pescadores para que el barco Picaseu, el porteador de este año, levase anclas con el paso a bordo, cuya imagen iba adornada con bellas flores.

Las embarcaciones de cerco, arrastre y artes menores también se engalanaron a lo grande con coloridas serpentinas, guirnaldas y banderines, una decoración que tendría su recompensa poco después, en la entrega de trofeos al barco mejor adornado.

La procesión marítima estuvo acompañada en todo momento por la embarcación de Salvamento Marítimo, no solo por precaución, sino también como homenaje a Sant Pere. Cuando los barcos arribaron a puerto, les esperaban alrededor de 400 personas para cenar una fideuà y bailar hasta la madrugada.

Por la mañana celebraron su tradicional misa en la iglesia de Santa Creu, oficiada por el padre Jaume, a la que asistió el jefe del Sector Naval, el capitán Roberto Ortiz. Después acudieron a la comida de homenaje al centenar de pescadores jubilados, que tuvo lugar en Son Pardo y contó con la presencia del obispo de Mallorca, Javier Salinas; el conseller de Medio Ambiente, Biel Company; y el Capitán Marítimo, José Escalas, entre otros.