Tanto Álvaro Gijón como Antonio Vera, preguntados ayer, negaron que el hijastro del primero tuviera el más mínimo trato de favor cuando fue detenido, aunque sus versiones resultaron a veces contradictorias. "El único detenido de toda la noche de la Revetla fue mi hijastro", manifestó el teniente de alcalde, como prueba de que no tuvo el menor privilegio.

El exjefe de la Policía, Antonio Vera, insistió que a él no le llamó Gijón aquella madrugada. "Quien me avisó a mí fue el mando que estaba de servicio aquella noche. Yo a mi vez llamé de inmediato a mi superior, el concejal Guillem Navarro, y me fui hacia Sant Ferran a interesarme por lo ocurrido. Me pareció lo normal tratándose del hijo de un concejal. Como vivo bastante cerca, llegue allí antes que el regidor".

El intendente de Policía admitió que el joven no llegó a ingresar en los calabozos. "Era muy joven, había dudas de si podía ser menor, así que se le mantuvo en el depósito de detenidos". También negó tajantemente que Gijón accediera a la sala donde estaba su hijastro: "Él vino al cuartel, pero no llegó a bajar al sótano. Y me preguntó sobre el trámite que se iba a seguir, pero en ningún momento presionó para agilizarlo".

Respecto a la rapidez con la que el joven fue puesto en libertad, Vera comentó que no es algo inusual. "Es un procedimiento bastante normal, que lo decide el instructor de las diligencias. En casos que no son graves se les deja ir y luego les cita el juzgado. No hubo nada fuera de los preceptos legales".

Álvaro Gijón negó también que su hijastro tuviera un trato de favor, pero su relato no coincidía en muchos aspectos con el de Vera. "A mí me avisó la madre del chico, de la que me separé hace tres años. Unos amigos la habían llamado diciéndole que unos policías le estaban pegando una paliza. Recuerdo que llamé a Toni Vera y le pedí que averiguara qué estaba pasando. Él fue al cuartel y yo también. Llegué justo cuando se lo llevaban a Son Espases".

Gijón reconoció que, cuando volvieron a traer a su hijastro a Sant Ferrán, él entró en la sala de detenidos. "Mi hijastro estaba sentado en un banco y un policía me preguntó qué tenían que hacer. Yo les dije que actuaran como con cualquier otro detenido. Llamé a un abogado y se le tomó declaración. Al final estuvo unas siete horas en el calabozo".

El teniente de alcalde negó que su hijastro tuviera el menor privilegio: "Al contrario, si no llega a decir que era hijo de Álvaro Gijón, lo más probable es que ni siquiera hubiera sido detenido".