­De los 29 regidores del Ayuntamiento de Palma, solo hay dos que se escaquean de oficiar bodas. Son el alcalde Mateo Isern y el primer teniente de alcalde, Álvaro Gijón. Los ediles, ambos del PP y del equipo de gobierno, se escudan en sus problemas de agenda para evitar la tarea de oficiar bodas. Solo unen parejas conocidas o que solicitan de forma especial que les casen estos concejales. La legislación les permite delegar sus tareas como oficiantes de matrimonios en el resto de regidores de la corporación municipal.

Durante el resto del año, hay un regidor de guardia al que le toca celebrar los enlaces. Y participan todos: los del PP, los del PSOE y los de Més. Se van alternando los fines de semana. Por lo general, a cada edil le toca ejercer de maestro de ceremonias dos veces al año.

Si una pareja tiene el deseo expreso de que le case otro político diferente al que toca ese fin de semana, también pueden pedir la modificación. El departamento de Protocolo se Cort se encarga de tramitar las peticiones para cambiar de oficiante de la ceremonia.

Las guardias para oficiar las ceremonias no son muy largas, ya que las bodas civiles municipales solo tienen lugar los viernes entre las 18 y las 20 horas y los sábados de 12 a 13.30 horas. Los días festivos no hay servicios.

El rito civil dura entre 12 y 15 minutos. En ese tiempo el regidor recuerda a la pareja varios preceptos del Código Civil que se deben leer obligatoriamente. Muchos de ellos también aprovechan para hacer consideraciones sobre el amor y la vida de casado. En los juzgados la ceremonia suele ser todavía más breve.