Los alumnos del Liceo Francés se llevaron ayer la cesta de la compra llena de conocimiento gracias a su instructiva visita al mercado de Santa Catalina. Las maestras de la veintena de niños de tercero y cuarto de Primaria les enseñaron previamente "los nombres de los alimentos, si su origen es animal o vegetal, para qué sirven las vitaminas y otras cosas", tal como detalla Nicolás Jiménez. Sin embargo, "es más divertido aprender aquí", según Lucía Mugüerza, por lo que las explicaciones de Vanessa, la guía del programa l´Escola al Mercat, fueron escuchadas con un gran interés mientras paseaban por diversos puestos del tradicional mercado de barrio.

Primera parada: la frutería Es Bañalbuferí. "¿Véis algo curioso?" "Esas setas tan raras", responde uno de los estudiantes. Empieza la lección: "Son esclatasangs y se llaman así porque si las tocas por la parte de abajo tienen un color rojizo que parece sangre", detalla Vanessa. En el puesto del frutero Llorenç Picornell no era lo único que llamaba la atención. "Tiene una báscula moderna, con números digitales, y otra de hace 58 años, ¿por qué?" Nadie supo responder, por lo que lo hizo el propietario del negocio: "Cuando se va la electricidad, podemos utilizar la antigua. La nueva no. Normalmente usamos la eléctrica porque saca el tíquet de forma automática".

Frente a la variedad de quesos y embutidos de Fausto Izquierdo, los niños analizaron la tabla de alimentos que les mostraba la coordinadora para saber cuántas veces a la semana tienen que comer este tipo de alimentos. En el puesto de frutas y verduras Daniel, conocieron las diferencias entre los pimientos verdes, rojos y amarillos -del menos al más dulce-, y detallaron sus hábitos alimenticios. "Yo como mucha verdura, casi todos los días", dice Pablo. "Hacemos un montón de deporte", añade Álvaro Juan. "A mí me gusta el bogavante y las alitas de pollo", asegura Pablo Romero junto al mostrador de Aina: Peix i Congelats.

Frente a la carnicería Juanita se enteraron de que no es lo mismo un pollo de granja -rosáceo y pequeño- que uno campero -amarillo y más grande-, ya que éste "vive en el campo y come hierba, pienso y maíz, de ahí su color". También aprendieron que "la principal diferencia entre una longaniza y una sobrasada es la forma" y que "Mercapalma es el lugar donde se almacenan los alimentos frescos antes de ser trasladados a los mercados", en palabras de la guía.

Desde ayer, los estudiantes del Liceo saben distinguir entre un pescado congelado y uno fresco -los ojos de los recién sacados del mar "son muy transparentes"- y que ahora es la temporada de la llampuga, cuyo nombre viene de llamp (rayo), porque "nada por el Mediterráneo cuando se producen las primeras tormentas del otoño".

Sin necesidad de explicación alguna, Neus Clement ya sabía que los tomates de ramallet son colgados con una cuerda. "Mi abuela tiene una amiga que hace estos tomates", detalla sobre una variedad "con menos agua que los de ensalada y que sirve para hacer pa amb oli y cocinar". Otra lección dominada por casi todos los alumnos es el significado del prefijo ´eco´. "¡Ecológico!" fue la respuesta unánime en el puesto de Ecoilla, regentado por Joan Massanet y Tomeu Buades.

La didáctica visita concluyó con una degustación de frutas y verduras y una merienda en la que los protagonistas fueron los alimentos saludables.