La tradicional pastelería de Palma Forn Fondo, inaugurada en el año 1911 y abierta en el número 15 de la calle Unió, celebró ayer cien años de historia. Y lo hizo sacando un expositor con sus productos a la calle, ofreciendo copas de cava a amigos y clientes, así como un bombón especial elaborado para la ocasión.

Durante toda su historia, el establecimiento ha estado siempre en manos de la familia Llull, cuya cuarta generación, Pau Llull y su hermana Neus, se ocupa ahora del negocio que abrieron Jaime Llull Gelabert y Francisca Cañellas Pons en los inicios de la segunda década del siglo XX. Ella procedía de una familia de panaderos, pues sus padres regentaban el Forn de la Plaça, ubicado en la plaza Major Ciutat. Si los pioneros pusieron las bases del negocio, su hijo, Pau Llull y la esposa de éste, Bàrbara Mayol, ampliaron la oferta, gracias a la corriente eléctrica, la introducción de neveras y la introducción de la repostería que tanto ha caracterizado el local. Así fue como en plena posguerra se hicieron famosos los pasteles de nata y trufa. El hijo de Pau Llull y Bàrbara Mayol, Jaime Llull, vivió el boom turístico, cuando el establecimiento sirvió a los mejores hoteles de Palma, como el Son Vida o el Valparaíso.