El torrente de sa Riera representa las dos caras de una misma moneda. Con tan solo cruzar la Avenida Portugal, uno aprecia el claro contraste entre las dos zonas. Se percibe a simple vista: los cuidados del cauce de este torrente no son los mismos. En un lado abundan mientras que en el otro son inexistentes. Así, se podría decir que en la parte alta de sa Riera, la del Paseo Mallorca, el cauce es un jardín urbano, cuidado hasta el mínimo detalle y donde la verde vegetación engalana el torrente. Pero es suficiente cruzar la avenida para que el aspecto cambie. La distancia entre los dos sitios es mínima pero el salto es inmenso. En la parte baja, la de la calle Miquel Sants Oliver, Jesús y en el propio parque de sa Riera, la verde vegetación es una vegetación sin vida y el interior del torrente se convierte en un claro vertedero urbano.

Lea la información completa en nuestra edición impresa