Hoy hace cien años que los primeros "infelices privados de razón", en la terminología de la prensa de la época (enfermos psiquiátricos en palabras del siglo XXI), llegaron al entonces llamado Manicomio de Jesús (en la actualidad hospital psiquiátrico). El significado de las palabras es voluble. El problema de fondo persiste. Aunque los avances de la psiquiatría en un siglo podrían competir con los de la carrera espacial. La Diputación Provincial, presidida por Antonio Barceló, había decidido proporcionar "sana y adecuada vivienda" a los enfermos. Los terrenos escogidos eran los del antiguo convento de Jesús , extramuros de la ciudad, que había sufrido los efectos de la desamortización de bienes eclesiásticos.

Aunque existía un edificio previo, el plan de construcción del hospital fue encargado al arquitecto Guillem Reynés Font. Nacido en 1877 en Palma, Reynés procedía de una familia de mestres d´obres, y se licenció en arquitectura en 1905 en Barcelona. Entre sus obras más destacadas están las reformas del santuario de Lluc y del monasterio de la Real, el proyecto inacabado de la iglesia de Biniamar o sa Torre Cega de Joan March, en Cala Rajada. Murió en 1918 tras una corta carrera de solo 13 años.

El proyecto del entonces llamado manicomio suponía un cambio en la forma de entender el trato a los enfermos. Esta idea queda reflejada en el proyecto arquitectónico "sencillo pero elegante" y que se ocupaba del bienestar de los internos a cuya disposición ponía "un patio verdaderamente soberbio, pues tiene 45 metros de lado, rodeado de una elevada cerca y en todo su circuito se han plantado gran número de plateros", lo que lo convertía en un espacio "muy apto para la expansión de los infelices recluidos".

Hoy se cumple un siglo desde su entrada en servicio. En 1911 supuso una auténtica revolución. Su función ha evolucionado con el paso del tiempo. El internamiento es el último recurso. Los avances científicos han permitido dominar enfermedades que antes conducían al aislamiento social. Es un buen día para recordar a quienes hicieron posible aquel salto adelante.