Ya no hay mariposas en la ciudad y apenas las vemos en el campo. Sin embargo, las flores todavía forman parte del paisaje de mayo en casi cualquier lugar, hasta en una urbe tan saturada por el tráfico como Palma. Aunque no lo parezca, tiene más de 37.000 flores en espacios libres públicos y otras muchas en los balcones, los jardines privados cuidados o donde la vegetación crece de forma silvestre. Durante el mes pasado, el Ayuntamiento plantó nuevas especies de flores en unos 4.600 metros cuadrados de superficie verde, principalmente en jardineras, parterres, rotondas, medianas y macizos de plazas o viales. Ahora están en su momento de mayor esplendor, aunque tras ellas hay un trabajo continuo de mantenimiento para que la ciudad no sólo se caracterice por el ruido y el asfalto, sino también por esta ornamentación natural.

Los criterios en los que se basa el consistorio palmesano para la elección de las plantas con flor son principalmente que las variedades se adapten bien al sol y el clima mediterráneo, tal como indicaron desde el área de Parques y Jardines de la regiduría de Infraestructuras.

Sin embargo, los jardineros sustituyen las flores dependiendo de la época del año, ya que todas las variedades de especies son de temporada. Además, existen otros condicionantes. Explican desde Cort que, "en el momento de plantar las flores, los técnicos toman en consideración diferentes factores, como son la luz natural o la directa del sol, las necesidades de riego, la humedad ambiental y la calidad del agua".

Y antes de decidir qué flores van en cada lugar, son básicos tres criterios más: estudiar cuáles son las profundidades de terreno más recomendadas, la compatibilidad entre las diferentes especies que se pretenden combinar y las épocas de floración de las plantas caducas y perennes.

Según el Ayuntamiento, "otros aspectos que se tienen en cuenta son los culturales, como aproximar el jardín sostenible y natural", es decir, que las plantas elegidas no supongan un gran coste económico y de recursos, y se encuentren en un hábitat similar al originario, aunque esto último no es fácil en las ciudades.

Las flores también cumplen funciones en el espacio urbano, ya sean como delimitadoras de vías o edificaciones. De todos modos, su gran aportación es ofrecer colorido natural entre tanto asfalto.