Parece mentira que siendo Mallorca el origen de la ensaimada sepamos tan poco de ella. Tal vez desde un punto de vista repostero y culinario no sea así. Pero desde el aspecto estético, formal, simbólico, cotidiano, estamos bien a oscuras. Llama más la atención a gente de otros lugares que a los propios mallorquines. Porque, desde aquí, vemos como lo más normal del mundo que la gente vaya y venga con unas cajas circulares o hexagonales. Cuando es un raro privilegio.

Hoy queremos contribuir a paliar un poco ese desconocimiento. Aunque sea sobre un aspecto menor: la forma en que la gente lleva la ensaimada.

Para realizar esta investigación basta con ir por ejemplo al aeropuerto. Allí nos veremos enfrentados a un auténtico catálogo de las mil maneras de llevarse una ensaimada. Lo más normal es cogerla con el lacito del cordel. Es una forma un poco delicada, como quien agita una báscula del buen gusto y la glotonería. Porque, a cada movimiento, la ensaimada se mueve de un lado a otro. Igual que una especie de ovni de la repostería. Luego están los acaparadores. Son bastante frecuentes. Acumulan cuatro, cinco o más ensaimadas en un mismo montón. Luego, lo sitúan encima de la maleta semoviente o del carrito. Y parece que hagan contrabando, porque suelen poner expresión ceñuda o preocupada. Se diría que les pesa moralmente tanta pasta espiralada.

Tampoco hemos de olvidar a los tímidos. Suelen avergonzarse de cargar con algo tan típico y tópico como la cajita de marras. De manera que optan por disimularla. La colocan en una bolsa grande, en la maleta... Si realmente la camuflan, todavía funciona. Pero cuando asoma el culete de la caja por un extremo, causa una impresión penosa. Eso para no hablar del olorcillo a ensaimada que cogerá la ropa y todo cuanto lleve en el mismo recipiente.

La forma más original que he encontrado ha sido la de una señora viajera. Para evitarse el esfuerzo de cargar con la caja, se inventó un curioso sistema a base de una cinta. ¡Y la llevaba en bandolera tan ricamente! Creo que los hornos deberían adoptar ese descubrimiento sumamente práctico.