TRIBUNA

Siembra y cosecha de datos

Fernando Fernández Such

Fernando Fernández Such

El 84% de los agricultores y agricultoras de España, ya ‘cosechan’ por medios digitales algún tipo de dato de utilidad para mejorar la producción y la rentabilidad de sus explotaciones. Es una de las conclusiones más potentes del primer informe del Observatorio para la Digitalización del Sector Agroalimentario que el Ministerio de Agricultura ha puesto en marcha junto al Grupo Cooperativo Cajamar. La semana pasada asistí en Logroño (La Rioja) al Foro DATAGRI 2023, probablemente el mayor evento sobre digitalización y sector agroalimentario de toda la Unión Europea. Los casi 1.700 asistentes lo corroboran. Fue especialmente grato participar junto a cinco personas jóvenes enviadas por Cooperativas Agroalimentarias de las Illes Balears. Comprobar cómo estos jóvenes utilizan sin complejos y a diario diversos dispositivos informáticos resultan alentador. El 66% de los agricultores y agricultoras manifiestan su clara predisposición a incorporar herramientas digitales en sus explotaciones en un muy corto plazo de tiempo. La primera conclusión es que el sector agroalimentario está mucho más cerca de la digitalización de lo que la sociedad imagina, más cerca incluso de lo que el sector agrario más tradicional puede pensar. Yo empezaría por desconfiar de aquellos ‘agoreros’ que dicen que «no es posible», o de los ‘negacionistas de todo’ que se empeñan en decir que es una nueva imposición de Bruselas. Más bien, animaría a cada ‘payés’ de los que se sienten profesionales, a sumarse cuando antes.

La realidad es que un nuevo perfil de agricultor con competencias digitales y asiduo al uso de herramientas online emerge con fuerza. En el primer informe del Observatorio han participado 59 explotaciones y empresas agrarias de las Illes Balears. Un número bien ponderado y significativo si lo comparamos con las 114 de Murcia, o las 370 de Castilla La Mancha. Las competencias digitales de los y las profesionales del sector agroalimentario de España se sitúan 30 puntos por encima de la media del resto de los sectores profesionales. El 97,8% emplea algún tipo de conexión a internet para su actividad productiva y el 78% usa las aplicaciones instaladas desde su propio móvil. El 84% las utiliza para recopilar los datos con los que luego toma decisiones, el 87% para la gestión de los fertilizantes, el 32% para la monitorización de plagas, el 19% para la gestión hídrica y el 30,5% para la comercialización. La digitalización forma parte de la profesionalidad del sector.

No digo que la transición digital sea un camino sencillo. Como todo cambio cultural implica vencer resistencias, perder el miedo, dedicar tiempo y buscar asesoramiento y apoyo profesional. Sin duda hay un sesgo de edad, pero no es infranqueable. Los y las jóvenes que se incorporan al sector agrario ya vienen casi de forma innata con su maleta digital. Pero el grueso del sector que está haciendo el esfuerzo digital tiene entre 40 y 60 años de edad. Ellos y ellas lo están logrando y su experiencia es igual de positiva y determinante.

Muchos agricultores o ganaderos se iniciaron en las nuevas tecnologías buscando hacer más cómodo o rentable su trabajo. Pero al poco tiempo, se dieron cuenta que lo verdaderamente importante es la captura, conservación y análisis de los datos que manejan. Aquí está la verdadera revolución que hemos iniciando. En un año, casi todas las explotaciones habrán implantado por real decreto el «cuaderno digital de explotación». Estos cuadernos digitales alimentarán y actualizarán los nuevos registros agrarios. En pocos meses, los Registros Agrarios Autonómicos, nuestro RIA de toda la vida, se habrán integrado digitalmente en el REX y en SIEX (Sistema de Información de Explotaciones) y el SIEX se convertirá en una inmensa plataforma de datos del sector agroalimentario español. Nos puede sonar a futuro, pero la competitividad y la sostenibilidad del sector nos la jugaremos en este proceso. El sector de las Illes Balears no puede quedar ajeno a este proceso.