El anuncio de que las escoletes de Balears tendrán coste cero para los alumnos de dos a tres años a partir de septiembre da respuesta, aunque sea parcial, a una justa demanda de las familias y docentes, que llevan años luchando por la universalidad y gratuidad del primer ciclo de la Educación Infantil, el que va de cero a tres años. Se trata de un periodo vital para el desarrollo de la persona y que históricamente ha vivido en un limbo. Gracias a la incorporación de visiones pedagógicas más vanguardistas y a la aplicación de nuevos marcos normativos, este ciclo ha evolucionado en su enfoque, pasando de ser considerado una mera guarda de niños a integrase de forma progresiva en el sistema educativo. La gratuidad en la franja de dos a tres años supondrá un alivio para muchos hogares, asfixiados por la desbocada inflación, y redundará en la liberación de las mujeres, que son las que habitualmente sacrifican su carrera profesional por los cuidados cuando la economía familiar no alcanza y la prestación de servicios públicos racanea.

Según los cálculos del Govern,  la iniciativa tendrá un coste de 10,5 millones de euros y beneficiará a 5.274 alumnos de 158 centros, tanto públicos (108) como privados de la red complementaria (50). Los centros recibirán 36.000 euros por cada una de las 293 aulas operativas para cubrir el horario ordinario de escolarización, es decir, un mínimo de cuatro horas durante diez meses, lo que se traduce en un desembolso de dos mil euros por alumno. Aunque la medida ha tenido una buena acogida, desde la oposición la tildan de insuficiente por no incluir de momento la etapa de cero a dos años, y entre los socios ha despertado algunos recelos. Es el caso del coordinador de Més, Lluís Apesteguia, que pese a celebrar este acto de «justicia social», en su condición de alcalde de Més, ha echado en falta que Educación compartiera el trabajo y las cuentas con los ayuntamientos y consells, instituciones que hasta ahora han sufragado buena parte de los costes de las escoletes y que tendrán que seguir aportando si el presupuesto contemplado no cubre gastos.

Durante el tránsito hacia la prometida  universalidad y gratuidad total, convivirán en los mismos centros familias con menores de 0 a 2 años que seguirán pagando. También habrá casos de niños que van a los centros privados de pago porque no han obtenido plaza en los subvencionados. Sin duda este escenario aportará presión a la conselleria de Educación, que con una oferta de plazas a coste cero ya prevé además un incremento de la demanda, como apunta su titular, Martí March, quien asegura 2.400 nuevas plazas para 2024. La propuesta es un arranque. Sería deseable que el resultado de las urnas, sea el que sea, no solo no dé marcha atrás al camino iniciado, sino que amplíe los márgenes.