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TRIBUNA

Los jóvenes se merecen más que un viaje de botellón

Como cargo en el gobierno en uno de los ayuntamientos más afectados por los viajes de estudios puedo asegurar que hace meses que el Consistorio de Llucmajor se prepara para lo que suelen ser sus semanas más complicadas, que son aquellas en las que recibimos los viajes de estudios en s’Arenal.

Y digo que suele ser complejo porque en junio, de repente, aumenta la población de la zona. Y además aumenta con visitantes que vienen con intereses y horarios muy distintos al del residente, y suelen provocar incomodidades de ruidos, suciedad y malestar entre los vecinos. Los medios con los que contamos se quedan cortos estas semanas y, conscientes de ello, cada año se pide apoyo a Delegación de Gobierno.

Este tipo de viaje de estudios, tal y como están planteados actualmente, generan más inconvenientes que beneficios en nuestro municipio. Ante esta realidad, la posición desde el Ayuntamiento es de tolerancia cero con cualquier tipo de actuación que no respete las normas de convivencia. Pero también me gustaría dejar claro que no es una persecución a un colectivo concreto. Todos los que infrinjan la Ley o se comporten de manera incívica tendrán las mismas consecuencias, ya sean estudiantes, extranjeros o residentes.

Hemos escuchado a todas las partes implicadas en este tema: vecinos, hoteleros, comerciantes y empresas de viajes de estudios, para intentar adelantarnos a los problemas que puedan surgir. Estas últimas nos sugirieron una serie de propuestas, entre ellas «la creación por parte de la administración pública de un recinto para que los jóvenes puedan hacer botellón durante la noche». Según ellas, esto solucionaría los problemas de suciedad y ruido general. Además, se puede establecer una cantidad simbólica para la entrada que cubra gastos de limpieza y seguridad, añadiendo que fomenta también la concienciación por el reciclaje.

Ni qué decir tiene que como cargo público estoy completamente en contra de esta medida. La Administración no debe emplear el dinero del contribuyente para delimitar zonas en las que se permitan actividades prohibidas como es el botellón entre un público que puede llegar a ser menor de edad, ni cobrar, aunque sea una pequeña cantidad, para facilitar la actividad empresarial de un tercero. Además de lo moralmente dudoso que resulta el hecho de que la administración esté favoreciendo sutilmente el consumo de alcohol entre los jóvenes.

Como madre de cuatro adolescentes, hago un llamamiento a todos esos padres de los estudiantes que vendrán de viaje a Baleares y a los mismos estudiantes: ¡Os merecéis más! En algunos casos habéis trabajado duro para costearos este viaje. Y en otros, a vuestros padres les supone un esfuerzo pagároslo. Os merecéis más que un descampado para emborracharos.

Vais a venir de viaje a una comunidad autónoma maravillosa, con un paisaje increíble, con multitud de calas por conocer y con múltiples culturales. Aquí podéis conocer profesiones relacionadas con el mar que no existen en muchos de vuestros lugares de residencia, y podéis practicar deportes acuáticos en algunos de nuestros magníficos clubs náuticos. Tendréis también tiempo para conocer nuestra gastronomía y también para salir de fiesta.

Exigid, en definitiva, a esas empresas que organizan vuestros viajes que os enseñen de verdad estas maravillosas islas y podáis hacer el viaje de vuestras vidas.

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