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El PP de Madrid

Este 2 de mayo, la fiesta tradicional que se celebra en la sede de la presidencia autonómica, en la Puerta del Sol, ha discurrido sin la presencia de ningún expresidente del Partido Popular. Tras la dimisión de Cifuentes, ha actuado como anfitrión el diputado Ángel Garrido, presidente en funciones, y han brillado por su ausencia Ruiz Gallardón, Aguirre y González. Ruiz Gallardón y González están imputados en causas de corrupción y Aguirre, que protagonizó de un modo y otro el "tamayazo", habrá sentido vergüenza por el hecho de que la corrupción la rondase tan de cerca sin que ella hubiese sido capaz de poner coto al generalizado desmán.

Esta es la fotografía del PP de Madrid: una incomparecencia casi plena después de años de decadente latrocinio, que va agrandándose a medida que los jueces profundizan en el expurgo. Hubo una gran degradación moral, que arroja salpicaduras en todas direcciones, y fue tanta la podredumbre que es difícil de creer que hubiera personas que no tuvieran conciencia de lo que estaba ocurriendo.

Así las cosas, y cuando la opinión pública manifiesta de forma clara su repulsa en las encuestas -el PP, después de muchos años de hegemonía, ha caído a mínimos en el aprecio ciudadano- tendrá muy difícil Ciudadanos justificar que está dispuesto a prorrogar un año más este desmán. El hecho de que se busque a una personalidad sin tacha para la travesía no eliminará la evidencia de que la corrupción ha sido sistémica y va por dentro, cuajada en las entretelas del Partido Popular.

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