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Tribuna

Atila

El otro día me puse a leer Atila de Aliocha Coll, pues el título me atraía, pero no entendía nada, así es que comencé a leerlo como dos o tres veces y seguía sin entender nada. Así que acudí a Internet para saber algo sobre el autor del libro.

De entrada supe que se había suicidado con cuarenta y dos años y su finalidad era subvertir el lenguaje, es decir trastocar, dar la vuelta al lenguaje. O sea, hacer incomprensible el lenguaje. Así lo explican autores como Javier Marías, amigo de Coll, y Jaime Salinas. El lenguaje es hermético e incomprensible para la mayoría de críticos y autores. Para los editores resulta difícil publicar una obra que el lector medio no podría comprender.

Andreu Teixidor, aunque reconoce la dificultad de la obra de Coll, manifiesta que es conveniente que aparezcan libros como éste.

Yo no estoy conforme con el Sr. Teixidor, pues los lectores que se inician en la lectura de obras, si, por casualidad se encuentran con una que es incomprensible, como me ocurrió a mí con Atila, pronto quedarán desanimados y posiblemente desecharán la lectura de otras obras.

Actualmente en los institutos se obliga a los alumnos a leer determinadas obras, para aficionarlos a la lectura que es la base de la cultura, fundamento de la sociedad occidental y de la convivencia humana.

El lenguaje es el principal medio de comunicación, por eso deber se cuidado y mimado, cosa que no ocurre en los medios de comunicación, donde las palabrotas son frecuentes, especialmente en la televisión que, por lo visto piensa que el pueblo se siente más a gusto oyendo toda clase de insultos, tacos y palabras mal sonantes. Es cierto que en la conversación normal se utilizan muchos tacos y palabras soeces, c??.., m??, por lo que doy mi grito de alarma contra el uso de estas palabras. El lenguaje es el lenguaje. Cuidémoslo, hagámoslo comprensible y culto y sobre todo no lo subvertamos como Coll en Atila.

*Abogado Ex-Decano del ICAIB

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