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En pleno verano, inacabable, aire calido africano, 39º y 95% de humedad, cargado de dípteros marroquíes, primas de riesgo, rescates y otras milongas ha aparecido una noticia refrescante, simpática, el ecce homo de Borja. Borja, ciudad de la provincia de Zaragoza, desconocida hasta la fecha para la mayoría, ha dado un gran salto hacia la fama (?). Prensa, radio, televisión, mundo del arte. El merchandising „camisetas, tartas, bolígrafos, medallones„ esta haciendo su agosto. Las redes sociales arden con la noticia de la restauración de un fresco del santuario de la Misericordia de aquella pequeña localidad. La autora de tan impactante trabajo es una señora de 81 años, Cecilia Giménez, cuya vena artística ha alcanzado notoriedad de manera fulgurante. El New York Times, The Independent, Libration, la BBC, entre centenares de medios, se han ocupado del tema.

Ciento sesenta países se han interesado por esta restauración, Australia, EE UU, Japón y por supuesto Europa. La ONU está integrada por 192 estados miembros. La recreación del ecce homo de Borja ha resultado ser el trending topic „tema de gran interés„, de la semana. Este asunto ha sido una bocanada de aire fresco para una ciudadanía malhumorada por la situación en que vive. Lector ruego observe la fotografía de la creación.

Parece ser que el Ayuntamiento de aquel lugar esta estudiando acciones legales contra la anciana artista y que una comisión integrado por 27 restaurados analizara cual puede ser la solución definitiva para el fresco. El párroco don Florencio, el muy desagradecido, defiende solo tibiamente, a la señora y argumenta encima, que a Cecilia „que le cuida la Iglesia desde hace años„, "se la ido la mano y se le ha corrido la pintura". Conmovedor. Y la señora Giménez, que está en cama con una crisis de ansiedad al ver que la noticia ha dado la vuelta la mundo, dice que lleva cuatro años restaurando el fresco y que no ha terminado. ¡Por Dios que se quede como Cecilia lo ha recreado! o en su caso permítanle terminar. Ella ha tenido el acierto de dejar hecho un eccehomo el rostro del Cristo del Santuario.

No sé si estaré a la altura para hacer una critica artística de la obra, pero con cierto atrevimiento podríamos decir que la recreación debería ser considerada como un icono pop, un fresco enmarcado a modo de algún movimiento de vanguardia, una versión kitsch "tuneada" en pintura mural, tan al uso en las religiones hindúes y con toda seguridad podría ser tratado como una versión, lírica y naif, de un drama religioso.

Otra cuestión importante a destacar sobre este trabajo de doña Cecilia, es el gran parecido que tiene la faz de Cristo a un primate, un mono peludo, no sé si a un babuino o un macaco, unos viven en África y otros en China, me inclino por el primero tanto por su visión binocular como por proximidad geográfica a la residencia de tan célebre artista. Esta semejanza tampoco debería ser objeto de censura, pues como es sabido la teoría de la evolución de Charles Darwin entró finalmente en la Iglesia a través del teólogo Teilhard de Chardin. Ósea que descendemos del mono. La cara de "su" Cristo refleja ingenuidad, bondad, paciencia, tolerancia, cualidades que probablemente adornan también a su autora.

El pueblo de Borja puede vivir un "boom turístico", se harán peregrinaciones, se montarán viajes organizados para visitar el santuario, el autor inicial del ecce homo en formato de fresco, un tal Eliseo García Martínez, hasta ahora deconocido, habrá alcanzado, gracias a Cecilia, relevancia internacional y los españoles, lacerados como "cristos" por la crisis, hemos podido reír un rato, en momentos duros y no propicios para bromas y todo ello gracias a esta bendita señora. ¡Gracias doña Cecilia!

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