­Isabel era una niña que el destino convertirá en reina de Castilla y Fernando un hombre de acción en el reino pobre de Aragón, pero de su sinergia nació lo que hoy conocemos como España, un proceso que TVE rueda con todo lujo de detalles e intrigas en su serie más ambiciosa, Isabel. Michelle Jenner y Rodolfo Sancho se convierten, bajo la dirección de Jordi Frades, en los Reyes Católicos, pero desde ese punto de vista en el que no saben el lugar que ocuparán en la Historia de España.

Así lo mostraron en el adelanto del primer capítulo en el Festival de San Sebastián en septiembre. Esta lujosa supreproducción televisiva de Diagonal TV, cuya primera temporada tendrá 13 capítulos, ha hecho viajar al equipo desde el Alcázar de Segovia al Castillo de Arévalo, en Ávila, pasando por Madrid y Cáceres, donde se rodó la coronación de la reina acaecida en 1474.

"Estamos explicando una parte de su vida que no es de la que más se ha hablado en sus libros. Es todo el proceso hasta que llega a ser reina, toda la intriga política", explica Jenner quien, como buena fan de Los Tudor, se muestra encantada entre los terciopelos, las enaguas y los suntuosos peinados palaciegos. Jenner, que prosigue su carrera ascendente en televisión tras Los hombres de Paco y quien en cine ha destacado este año con No tengas miedo, llena a Isabel de candor, pero también del brío que le abrió paso en la Historia.

Hija de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal, hermana del infante Alfonso y hermanastra de Enrique IV, Isabel de Castilla tuvo que sobrevivir en un mundo de hombres y someter su vida personal a la responsabilidad de un pequeño reino que acabaría desembocando en el imperio más grande del siglo XV.

Un Enrique IV interpretado por Pablo Derqui, una Juana de Avis con el rostro de Bárbara Lennie y un Juan Pacheco con la vileza de Ginés García Millán, harán lo imposible para interrumpir su acceso al poder.

Pero si el conflicto de Isabel era el de hacerse respetar como reina, su futuro marido sufría de lo contrario. "El conflicto de Fernando es que Aragón es pobre, entonces el reino muy tocado, muy amenazado por Francia. Él no quiere casarse, lo hace por sus padres y por el reino. Es un tipo de acción, que le dice a Isabel: ´Me voy a una batalla, quédate con estos locos aquí, que a mí la intriga de palacio no me va nada´", asegura Rodolfo Sancho.