Los precedentes 21 días de Samanta Villar, pasados al calor de la industria del porno, anotaron en enero un récord de audiencia para el programa de Cuatro, con un 18,4% de share y 2.478.000 telespectadores de media. Un mes después, la reportera regresa a la parrilla de la privada para pasar otros 21, esta vez al lado de personas dependientes, un testimonio de "cómo se enfrentan a su enfermedad y cómo superan día a día sus problemas con una sonrisa".

Modelo de "entrega, lucha y superación", las familias visitadas esta noche mostrarán la "otra cara" de la Ley de Dependencia, un texto que concede ayudas que no siempre llegan a los hogares que las necesitan. Así, Samanta Villar será hoy su voz para transmitir la situación en la que se encuentran, viviendo en primera persona su tensión diaria.

La casa de Marco, un joven de 16 años aquejado de la enfermedad de Ducchene, será la primera visitada por la periodista de Cuatro. Sonia, la madre separada y mileurista del muchacho, y Marta, su hermana pequeña, se encargan de cuidarlo.

Una "épica" historia será la siguiente en narrarse en 21 días, testigo de como alguien es capaz de abandonar su trabajo y su "vida" por amor, para cuidar a su mujer, que padece Alzheimer y ya no es capaz de reconocerle.

Ana María y Ángel, dos jóvenes que necesitan cuidado constante, también tendrán su espacio en Cuatro. Ella, que padeció anoxia perinatal (falta de oxígeno en el parto), necesita de la ayuda constante de su familia, pues padece un importante retraso en su desarrollo mental. Él, con un 100% de minusvalía y nula movilidad, necesita máquina de oxígeno para respirar. Desde siempre ha vivido con sus padres, que han solicitado tres veces y sin resultado la ayuda de la Ley de Dependencia.