Hay brotes verdes. La cosa se mueve. Todos, tanto los clientes como los restauradores deseamos que la situación se normalice. ¡Qué sea normal salir a comer o a cenar a un restaurante! Queremos disfrutar unos y trabajar otros. Sin duda, ahora nos damos cuenta de lo importante que es un sector que en muchos momentos pasados ha sido incomprendido e incluso denostado.

La restauración no solo es una fuente de riqueza económica es, además, una fuente inagotable de felicidad. La felicidad del cocinero que crea un plato suculento, la del camarero que es felicitado por sus clientes o la del sommelier que acierta con el maridaje de un plato, y, por supuesto, la felicidad del comensal que se lleva en el recuerdo un sabor, una textura, un aroma…

En el número de MANJARIA de junio hablábamos de Daniel Humm, el flamante chef del Eleven Madison Park y nos hacíamos eco de sus palabras: “Después de la pandemia era obvio que no podíamos abrir el mismo restaurante”. Humm ha dado un vuelco total a la carta del Eleven convirtiéndolo en un restaurante vegano. Aquí son muchos los restaurantes que, después de la pandemia, se han planteado retocar su concepto de cocina. No tan drásticamente como Humm, pero con un marcado aire de renovación. Por supuesto, no he estado en todos, ¡es imposible! Y seguro que me dejo muchos que se merecerían un elogio. Entre los que sí que he probado, el que más me ha sorprendido para mejor (qué ya lo era) es el restaurante FERA, con su nuevo menú de degustación obra de Simon Petutschnig. Otro, sin duda, es SA CLASTRA sito en el Castillo de son Claret donde reina el chef Jordi Cantó. No me olvido del arroz meloso con gamba roja que nos sirvió Kiko Martorell en CAN BOQUETA de Sóller con motivo de la presentación del ‘I Concurs Internacional de cuina amb gamba de Sóller’ (que tendrá lugar en el mes de septiembre) o la paella de verduras del MIRAMAR de Port d’Alcudia, un clásico entre los clásicos, que ha aguantado sin desfallecer la pandemia. O la sinfonía de arroces que presenta todos los domingos en QUADRAT Restaurant&Garden, del San Francesc hotel & Spa, Álvar Albadalejo (por cierto, el grupo ha inaugurado uno nuevo restaurante en Santany que se llama OCRE, enclavado en el hotel Can Ferrereta, que tendré el gusto de probar pronto, y del que incluiré una reseña en el número de MANJARIA de septiembre). También, debo reseñar los nuevos platos, como el ‘Tataki de vacuno marinado con espuma de chocolate blanco’, que presenta el restaurante LUME & Co en su nueva carta y los ‘Calamares a la romana’ de LA FINCA, el magnífico restaurante de Son Antem. Entre los nuevos de este año, o recién inaugurados, mentar a MIRABONA, ubicado en el agroturismo C’an Beneït de Binibona, donde los chefs Xisco Garcés y Biel Roselló presentan una sutil concina mediterránea. O el LATITUD 39° de Maurico Farinola que se aposenta en plena línea de mar junto a su hermano SUMAILLA. 

En Estellencs, la nueva cocina del hotel MARISTEL ha creado una carta basada en el producto local, puro mediterráneo, que vale la pena probar. Y qué decir de ‘La mujer De verde’, el exitoso restaurante vegetariano y vegano, de la Porta de Santa Catalina, qué sobre los platos diseñados por la sutil ceramista Piti Oleza, te presenta, con una pinta estupenda, su ‘Coca de espelta y seixa con salsa de Romesco, pimiento de piquillo, esparrago y tapenade de aceitunas negras y tomillo’. Y el POLLITO CAFÉ, el restaurante cool del Portixol, donde cené hace unos días un ‘Pollo picón’ delicioso y con una relación calidad-precio estupenda.

Como ven el sector está lleno de brotes verdes. ‘Quel bonheur de vivre, de rire, de parler, d’embrasser…’ ¡Qué felicidad el volver a sentarse a la mesa de un restaurante!